En menos de dos días, el expresidente Jorge Glas tuvo dos reveses relacionados con los procesos penales que mantiene vigentes. El excompañero presidencial de Rafael Correa lleva 76 días en el interior de la Embajada de México, en Quito, bajo la calidad de “huésped” y esperando una respuesta al asilo político que ha solicitado.

El primer revés está relacionado con las medidas cautelares otorgadas al líder del correísmo por el hoy exjuez Emerson Curipallo y que la Corte Constitucional (CC), el jueves último, luego de definir que existían ilegalidades, las revocó dentro de un fallo que es un precedente jurídico. El segundo tiene que ver con el pedido hecho, el viernes 1 de marzo último, por la Cancillería de Ecuador a México para que la Policía pueda ingresar a esa sede diplomática, ubicada en el norte de la capital, a detener a Glas por cumplir con la orden de prisión preventiva que existe en su contra en el caso Reconstrucción de Manabí.

Los últimos dos meses y medio no ha variado el resguardo policial que existe en los exteriores de la Embajada de México, en la capital ecuatoriana. Por ejemplo, este sábado, 2 de marzo, fue visible el patrullero con al menos dos policías de servicio urbano que se mantienen vigilantes a lo que sucede en ese ingreso y salida de vehículos y personas. Además, por los alrededores del lugar también es frecuente observar motos policiales.

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Corte Constitucional pide investigar por presunto prevaricato a exjuez Emerson C. U., procesado en el caso Metástasis

La decisión de la CC al encontrar irregularidades en la entrega de la medida cautelar autónoma de Curipallo, la cual le permitió salir a Glas de la Cárcel 4, en Quito, en noviembre de 2022, bajo una “libertad provisional”, se suma a la resolución que esta misma instancia emitió en diciembre último señalando que existió un “abuso del derecho” y “desnaturalización de un recurso” en la entrega de un habeas corpus, mediante el efecto inter comunis (beneficio a terceros que no son parte del proceso, pero que comparten situaciones comunes), a Glas y a Daniel Salcedo.

Estos precedentes jurídicos para evitar la desnaturalización de las medidas cautelares autónomas y del uso del principio inter comunis en habeas corpus no agravan en ningún caso la ya compleja situación judicial de Jorge Glas, pues sobre él existe una orden de prisión preventiva como parte del proceso por peculado en el caso Reconstrucción de Manabí, así como también hay una orden para que vuelva a la cárcel a cumplir los dos años y once meses que le restan de la pena unificada de ocho años dispuesta a inicios de 2023.

En la causa por peculado, el 21 de febrero pasado, de forma unánime los jueces de la Corte Nacional Felipe Córdova, Daniella Camacho e Iván Saquicela resolvieron por improcedente negar la apelación a la medida cautelar de prisión preventiva que solicitó Glas. En esa misma audiencia se dispuso que para otro de los procesados, Carlos Bernal, exsecretario del Comité para la Reconstrucción de Manabí, se declare en abandono el recurso de apelación, pues su defensa no asistió a tiempo a la instalación de la diligencia.

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El 5 de enero pasado, ambos recibieron una orden de prisión preventiva dentro del proceso penal por el delito de peculado. En este caso Glas es investigado por sus intervenciones como exvicepresidente y expresidente del Comité para la Reconstrucción y Reactivación Productiva y del Empleo; Bernal, al haber sido secretario del Comité para la Reconstrucción de Manabí; y Pablo Ortiz por sus actuaciones como gerente de la empresa estatal Ecuador Estratégico.

La fiscal general, Diana Salazar, ha dicho que los hechos imputados a Glas, Bernal y Ortiz radican en el abuso de dineros públicos que los ecuatorianos entregaron para enfrentar la emergencia en todas las zonas afectadas por el terremoto del 16 de abril de 2016. La Fiscalía ha defendido la prisión preventiva ordenada señalando que esta medida cautelar era la única adecuada, tomando en cuenta, dijo, que el ánimo de Jorge Glas “ha sido evadir la justicia”.

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Dos días después, el 23 de febrero último, por un cambio de abogado de última hora, una vez más, Glas obligó a que se difiera la audiencia de apelación a la negativa al pedido de prelibertad que recibió el 28 de diciembre pasado de parte de la jueza de Garantías Penitenciarias de Pichincha Melissa Muñoz.

Jorge Glas cambia de abogado a última hora y hace que se difiera audiencia para resolver su pedido de prelibertad

La jueza Muñoz recordó en su sentencia de diciembre pasado que el entonces juez de Santo Domingo de los Tsáchilas Émerson Curipallo, en sus medidas cautelares autónomas de finales de noviembre de 2022, señaló que la “libertad provisional” estaría vigente hasta que se resuelva el pedido de prelibertad o un juez de Garantías Penitenciarias emita una decisión contraria. Como el recurso de prelibertad le fue negado al ex segundo mandatario, Muñoz dispuso además la localización y captura de Glas para que cumpla lo que le resta de la pena unificada de ocho años.

Al ingresar a la Embajada de México, Glas dejó de cumplir la presentación semanal dispuesta como parte de las medidas autónomas definidas por Curipallo. Ese hecho obligó a que el juez José Alvarado Paredes, de la Unidad Penal de Santo Domingo de los Tsáchilas, quien reemplazó a Curipallo, quien es procesado en el caso Metástasis y está preso, revoque el 10 de enero de 2024 la medida, quedando como posibilidad el que se presente voluntariamente a cumplir su pena o que sea detenido por la Policía.

El Gobierno de México no ha dado respuesta alguna al pedido hecho por la Cancillería ecuatoriana y tampoco al asilo solicitado por Glas. La ministra de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, Gabriela Sommerfeld, ha adelantado que Ecuador no concederá el salvoconducto para que Jorge Glas salga del país, de ser el caso que las autoridades mexicanas le otorguen un asilo. (I)

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