Mayra S. diseminó un mensaje entre sus contactos. “Tengo a un grupo de refugiados afganos que llegaron al país”. Decía que eran doce y remataba: “estoy tocando las puertas de amigos de buen corazon para hacer vaca de lo que sea porque todo sirve, ellos llegaron con una mochila con sus cosas personales y nada más, estoy tocando puertas para conseguir donaciones desde un juego de cucharas, camas, colchones, comida, todo sirve”.

Era el 21 de septiembre del año pasado. Un día antes, Mayra S. había recibido el mensaje de una amiga: “Conoces a alguien que quiera alquilar una casa de cuatro habitaciones. Es para los afganos”. Le dijo que eran doce, pero que dos se irían por tierra hacia México. La consulta le vino bien, pues ella estaba alquilando una casa en el sur de Guayaquil, con cinco habitaciones y tres baños. Acordaron un precio de $ 350 mensuales.

Con notoria emoción, Mayra S. le contó el acuerdo a uno de sus contactos, por mensajes. “Sabe que voy alquilar la casa de mi mami abajo para los afganos refugiados que se trajo con la onu. (...) La onu les compra las camas y todo lo q necesitan (...). Ahí de ley cuando se vayan me queda todo loq se compre. Porque ellos no se llevan nada”, escribió.

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Además, Mayra S. organizó la colecta. Algunos de sus conocidos se solidarizaron, entre ellos, políticos y juristas.

Los mensajes fueron encontrados en el celular de Mayra S. dentro de las investigaciones del caso Purga, en el que ella está siendo procesada junto con otras once personas por el presunto delito de delincuencia organizada.

‘Les mataron a los esposos’

Afganistán es uno de los países con mayor crisis humanitaria del mundo. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), existen alrededor de 5,3 millones de refugiados procedentes de ese país. Su situación empeoró en septiembre del año pasado, cuando el Gobierno de Pakistán, donde está la mayoría de refugiados afganos, impulsó un plan para repatriar a quienes no cuenten con papeles en regla.

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De esa época son los mensajes de Mayra S. Ella compartió una foto de los afganos que vivirían en su casa contó la situación que vivían: “A esas mujeres les mataron a los esposos. Por ser políticos. Ellas se quedaron solas con sus hijos”.

Luego, añadió: “Eran gente política. Y tuvieron que huir. Y eeuu con el gob de ecuador emitieron visas violetas. Y los recibió. Había una fundación en Riobamba que los iba a recibir. Y luego dijo q eran muchos y que no. Literal están en la calle. En un hotel no salen. No ven la luz. Son refugiados”.

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Para hacer la colecta, ella repitió a sus contactos que los doce afganos habían ingresado al país portando visas violetas. Estos documentos fueron creados por la Cancillería ecuatoriana en septiembre de 2021, exclusivamente para refugiados afganos, pues tenía un plan para acoger a 5.000 de ellos con el apoyo económico de los Estados Unidos. Era una forma de protegerlos, pues en esa época los talibanes se habían tomado el poder en ese país.

Dinero, electrodomésticos, enseres...

Varias personas reaccionaron al pedido de solidaridad. Un jurista le escribió: “Saludos Mayrita, a la orden, de que forma puedo ayudar con los afganos porfa”. Ella respondió: “Mi doc. Mil gracias. Puede ser con cualquiera de las cositas q nos hacen falta: Ventilador. AC. TV. Ollas. Alimentos: harina, pan, vegetales, pescado”.

Días después, él le dijo que había estado muy ocupado, sin tiempo para comprar los productos, e hizo una transferencia a la cuenta bancaria personal de Mayra S. Con otro jurista sucedió lo mismo. Recibió el mismo mensaje de Mayra S. con las cosas que necesitaba e hizo la transferencia.

A un político le escribió directamente: “Niñooooo ahora me llego el tiempo de molestarlo”. Le contó la historia de los afganos y agregó: “los estoy metiendo a vivir en mi casa del sur, son 12 en total, estoy tocando las puertas de amigos de buen corazon (...) quería saber si lo puedo molestar que nos done una cocina y una refri entre sus múltiples amigos de ley tiene donaciones”. Él le respondió: “Hoy mismo le averiguo”.

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En los chats también se lee que Mayra S. pidió ayuda a un compañero para que recibiera un microondas, que le habían ido a dejar a la oficina.

A otro contacto, ella le escribió: “en algun momento te voy a fregar a ver si el Doc les puede hacer un chequeo general, examenes para ver como estan”. Él le respondió: “Chevere cuenta con nosotros”.

Estas son algunas de las colaboraciones que Mayra S. logró conseguir. Los chats reflejan que los afganos se quedaron en la casa pocas semanas, hasta mediados de octubre, y se trasladaron a un centro especializado. (I)