Rosa Mantilla fue abandonada en abril de 2022 por una amiga de su nieta en el asilo Sofía Ratinoff de la Fundación Clemencia, ubicado a la altura del kilómetro 26 de la Perimetral, en el noroeste de Guayaquil.

A sus 82 años de edad recuerda a sus familiares, aunque no dice de forma precisa dónde vivía como para dar con el paradero de uno de sus hijos, afirma Fernanda Salazar, directora del asilo Ratinoff.

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La amiga de la nieta contó a la Policía que encontró a la anciana en los alrededores de una camaronera y que por ello la llevó al asilo, que no la conocía. “Pero es mentira”, asegura Fernanda, “la abuelita Rosita la reconoce, ella está aún lúcida, aunque no nos dice con detalle dónde vivía; finalmente, tras el parte policial, se quedó con nosotros”.

En el asilo lo que buscan es dar con el paradero del hijo para denunciarlo y mediante demanda conseguir al menos una pensión alimenticia. “Si no la quieren por lo menos que le paguen los alimentos”, indica Salazar.

Por el momento, la Fundación Clemencia, que se nutre de donaciones privadas, se encarga de la manutención de Rosa.

Desde 2021 se puede demandar a los hijos que no aportan para la manutención de sus padres

En diciembre del 2021, el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) publicó la primera Tabla de Pensiones Alimenticias Mínimas para Personas Adultas Mayores, dando cumplimiento a una disposición de la Ley Orgánica de las Personas Adultas Mayores expedida en mayo de 2019.

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Desde entonces se ajusta cada año con el aumento del salario básico. Los hijos, y de no estar, hasta los nietos pueden ser demandados para que cubran esta pensión alimenticia mínima. El monto dependerá del ingreso del demandado.

Si este gana $ 1.421,41 deberá pagar el 36,99 % de ese ingreso, lo que sería $ 525. Pero esta pensión sube si el salario del demandado es mayor que esa cantidad.

Para los que ganan menos de $ 1.421,41, la pensión sería de hasta $ 444 si se trata de un solo adulto mayor; si son los dos, esta ascendería hasta $ 570 en este 2024. De ahí el monto va bajando, según el salario del demandado.

Además, este valor sube si el adulto mayor tiene un porcentaje de discapacidad que sea del 30 % o más reconocido por el Ministerio de Salud Pública (MSP), para rehabilitación y ayudas técnicas por discapacidades, lo que se suma a la pensión si los hijos responsables ganan como mínimo el salario básico o más.

En los procesos, explica el penalista Julio César Cueva, se establece el pago de una sola pensión que debe ser cubierta por el total de las personas demandadas, lo que sucede cuando hay más de un hijo que no ven por sus padres.

“Normalmente se define un solo valor y el juez establece lo que le toca pagar a cada uno de los demandados de acuerdo a los ingresos que tiene cada demandado”.

Las demandas pueden ser establecidas por las mismas personas adultas mayores afectadas o por el hijo que lo cuida, el que se encargaría de demandar a los hermanos que no apoyan para la manutención de su padre. También, incluso, un asilo podría denunciar: “Siempre y cuando se demuestre que no lo visitan o que no pagan. Esto era necesario porque hay mucho abandono de adultos mayores en el país”, asegura Cueva.

Cueva considera que el número de procesos irá aumentando con el tiempo, debido a que la población ecuatoriana va envejeciendo, según el último conteo poblacional del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

“Es una pensión para poder subsistir, la que se determina al igual que en el caso de los menores de edad en base a los ingresos, descontando lo que se aporta al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS)”, agrega Cueva.

El abandono de un adulto mayor, como el caso de Rosa, es un delito en Ecuador que se sanciona con una pena de uno a tres años de cárcel y hasta con 19 años de prisión en caso de que la persona fallezca por la falta de cuidados, según el Código Orgánico Integral Penal.

En materia de ayuda social hay bonos para personas de más de 65 años que son pobres, no tienen seguridad social y se consideran vulnerables.

La pensión Mis Mejores Años está dirigida a personas adultas mayores en situación de pobreza o extrema pobreza, los que perciben $ 100 mensuales. Un total de 302.369 la recibieron en enero de 2024, según el MIES.

Hay 458.567 adultos mayores que tienen dificultades permanentes en Ecuador

Con ejercicio físico a partir de los 40 años de edad se puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas degenerativas cuando se llega a la vejez, dicen los expertos. Foto: CORTESÍA Centro de Terapia Física Integral para el Adulto Mayor Geronto

El 30,2 % de los adultos mayores del país tiene dificultades permanentes, como problemas para caminar, ver, oír, vestirse, bañarse o comer, según el censo del 2022. Son un total de 458.567 personas de la tercera edad que se contabilizaron en Ecuador con esas complicaciones.

Diana Ramírez Lazo, fisioterapeuta geriátrica y directora del Centro de Terapia Física Integral para el Adulto Mayor Geronto, ubicado en Urdesa central, en el norte de Guayaquil, considera que las limitaciones físicas y mentales de los adultos mayores responden en parte a la falta de prevención en edades más tempranas.

“Muchas personas esperan tener 65 años para hacerse chequeos médicos anuales, cuando esto debería darse a partir de los 40 años, sobre todo en las enfermedades crónicas como hipertensión, diabetes. Hay mucha obesidad en el país, entonces descuidamos la salud preventiva, como ya tenemos un declive propio de la edad se combina con las enfermedades degenerativas y se forma un grave cuadro de salud”.

Es una población no solamente envejecida, sino además enferma, agrega la especialista. Es un problema cuando recién a los 70 años o más empiezan a tratarse de estas enfermedades o comienzan a realizar ejercicio físico cuando las enfermedades crónicas que tienen ya han avanzado bastante, explica Ramírez.

Las dolencias comunes y con mayor morbilidad en este grupo poblacional son las enfermedades osteomusculares, como la artrosis, artritis y osteoporosis. A estas se suman las metabólicas (que tienen que ver con la dieta que se consume), como la diabetes e hipertensión, menciona Ramírez, al igual que las neurodegenerativas, como la demencia senil y el alzhéimer -enfermedad progresiva que afecta a la memoria y otras importantes funciones mentales-.

“A estas se suman las enfermedades cardiovasculares, que tienen que ver con cardiopatías, infartos, muchos accidentes cerebrovasculares, y el cáncer tiene una incidencia alta en adultos mayores”, explica Ramírez.

La atención de los centros gerontológicos estatales llegó al 26 % de los adultos mayores considerados pobres, según el número de personas de la tercera edad que reciben este servicio, que en enero de 2024 sumaban 75.401, según información oficial del MIES.

El número promedio de hijos por mujer es por debajo del nivel de reemplazo, indica el INEC

El número de personas de 65 años o más es de 1′476.589, según las proyecciones poblacionales recientemente publicadas por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). Y se estima que para 2050 sean 3′728.757.

Las proyecciones prevén que la población de adultos mayores se triplique, con 125 personas mayores de 60 años por cada 100 menores de 15 años en 2050, en comparación con las 38,8 actuales.

La cantidad de nacimientos está por debajo del nivel de reemplazo, que es el umbral necesario para asegurar que la población no decrezca, lo que se logra con un promedio de 2,1 hijos por mujer.

El último censo determinó al 2022 una fecundidad de 1,86 hijos por mujer, por debajo del nivel de reemplazo, lo que seguirá de aquí en adelante, calcula el INEC.

Además, la esperanza de vida de los hombres y las mujeres aumentó 27 años y 32 años entre 1950 y 2022, en su orden. En la actualidad los hombres viven en promedio hasta los 73 años y las mujeres hasta los 80,5 años.

Esto también subirá. Para 2050 las mujeres ecuatorianas alcanzarían una edad de 85,5 años y los hombres, 79,6 años. (I)