Una mujer llega a una plaza comercial de la av. Samborondón y deja su auto en el estacionamiento. Tras realizar las compras sale hacia su vehículo, pero no lo encuentra, se lo han robado.

Los videos de seguridad del lugar muestran que una mujer ingresa al automóvil, lo enciende y se lo lleva. No se observa ningún tipo de manipulación. Es como si hubiera tenido las llaves.

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Hay indicios de que un hombre persiguió y se mantuvo cerca de la conductora del auto, quien llevaba las llaves consigo.

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En lo que va del año 3.616 vehículos han sido robados en Guayaquil, vecino de Samborondón, en distintas modalidades, según las estadísticas de la Empresa Pública Municipal para la Gestión de Riesgos y Control de Seguridad en Guayaquil (Segura EP).

Las cifras a nivel nacional muestran que durante 2023 se sustrajeron 10.982 automóviles, casi el doble de los casos registrados en 2019, cuando se robaron 5.653, según las denuncias presentadas ante la Fiscalía General del Estado.

Acceso a tecnología facilita los robos

Robarse un vehículo sin forzar el acceso es posible con el uso de tecnología. De hecho, el relatado no es el único caso, dice John Garaycoa, experto en seguridad y presidente de Mac Security.

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“Hay alarmas económicas que no traen las características de ser anticlón. El dueño de un auto llega a una gasolinera, a un estacionamiento de un centro comercial o a una lavadora, entonces el malhechor tiene un dispositivo que bloquea la señal para que los seguros no se activen”.

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El propietario del auto cree que aseguró el vehículo, pero realmente no fue así. “Hay que verificar manualmente que las puertas quedan con el seguro, y si no se activan, lo mejor sería alejarse del lugar porque puede haber una persona con un dispositivo tipo plaqueta con la señal abierta de bloquear el cierre de ese carro”, dice Garaycoa.

Luego de desactivar el cierre de las puertas se llevan los repuestos y en el peor de los casos se roban el automóvil. “Hay casos en los que sacan copias de las llaves originales en lavadoras, lubricadoras o garajes, en los que obligan a dejar las llaves para mover el vehículo, en esas circunstancias bien pueden sacar copias sin que el dueño del carro se entere”, manifiesta Garaycoa.

La vulnerabilidad aumenta cuando a los carros más antiguos se les acondicionan sistemas de alarma y botón de encendido que no cuentan con las seguridades necesarias.

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El botón de alarma y encendido, que algunos propietarios instalan, implica el retiro del switch y el carro se queda sin seguro al volante, lo que facilita el robo, afirma un experto en cerrajería vehicular que prefirió mantener la reserva de su nombre.

Otra posibilidad es interferir la señal de radiofrecuencia del sistema de apertura y encendido. El delincuente clona esta señal, para lo cual debe estar cerca de la llave o dispositivo de control original.

“Puede existir un carro moderno de baja gama que no tiene el sistema de seguro de puertas y lo instalan de manera externa, pero es un producto altamente clonable”, afirma Garaycoa.

Los que vienen con un sistema de control de apertura y encendido de fábrica son menos propensos a ser vulnerados, agrega. Incluso hay unos que se requieren para retirar el bloqueo del timón.

“Hay unas llaves muy seguras que dentro del caparazón de la misma incluyen un chip que así se saque copia de la llave el switch no se activa. Pueden entrar al carro, pero no pueden prenderlo, esos son los más seguros”.

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Un experto afirma que con tecnología todo es posible. “Todos los carros modernos vienen con radiofrecuencia, que la gente lo conoce como chip, pero en realidad el nombre es transponder (dispositivo utilizado en telecomunicaciones cuyo nombre viene de la fusión de las palabras transmisor y contestador), que emite una radiofrecuencia cuando ingresa la llave al computador del carro para que de esa manera le dé acceso”.

Él les dice a sus clientes que cuando roban un vehículo con el sistema transponder seguramente el responsable es del círculo del propietario. “Es muy difícil clonar un carro con estos chips. Nosotros los técnicos tenemos que desarmar el switcher, cortar la llave, meter escáner para programar; el ladrón nunca puede pasar tanto tiempo”.

Los más vulnerables son los que tienen sistema sin chip. “A mi taller llegan carros con los switchers reventados porque han tratado de llevárselos”.

Moshe Shlisel, experto en ciberseguridad, explicó al periódico estadounidense Detroit Free Press que las llaves electrónicas son vulnerables a ciberataques, permitiendo a delincuentes robar vehículos con relativa facilidad.

“Las llaves y los autos se comunican de una manera que puede ser replicada”, indica el experto. “Alguien puede copiarla y robarse el vehículo”.

Una posible solución, añade, sería poner las llaves en un contenedor de metal o envolverlas en papel aluminio.

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De no ser posible proteger las llaves de estas formas, Shlisel recomienda ponerlas lo más lejos posible del auto, pues aunque estén a cierta distancia, de todas maneras están comunicándose por frecuencias de radio.

Los criminales pueden, por ejemplo, acercarse al hogar del dueño de un auto, capturar la señal que transmiten las llaves y redirigirla al automóvil para abrirlo o incluso encenderlo.

¿Cómo funciona el robo con la intercepción de la señal?

Según la organización sin fines de lucro AARP (American Association of Retired Persons) de Estados Unidos, que atiende las necesidades de las personas mayores de 50 años, este tipo de robos se denomina ataque de retransmisión.

En este uno de los responsables del robo se acerca a la víctima con un equipo que captura la señal del llavero y luego transmite la señal desde el llavero del auto. “Un cómplice espera cerca de la puerta del auto, generalmente con otro dispositivo, para abrir el auto cuando se recibe la señal”, indica el sitio web AARP.

La señal copiada puede engañar al automóvil para que encienda el motor. (I)