No regresaba a este restaurante quiteño, ubicado en la calle Miguel Argüello, hace muchos años. Demasiados. Cada vez que he ido he ratificado que Zazú se mantiene como uno de los mejores restaurantes de Quito y del país. Además, tiene ya aproximadamente veinte años de experiencia, lo que lo ha convertido en un ícono gastronómico de la ciudad, siempre en el mismo sitio, y prácticamente con la misma decoración.

Quizá fue uno de los primeros restaurantes en el país en preocuparse por la iluminación, junto con Nuvó en Guayaquil, de la importancia de una buena barra, surtida con buenos licores, una cava de vinos rica, y de una decoración que salga de la monotonía, moderna. De hecho, fue un restaurante cuya cocina trajo modernidad.

No me malinterprete el lector, la tradición es maravillosa, es el pilar y la base de cualquier gastronomía, pero una cocina no puede cerrarse al mundo, a nuevas fusiones, a nuevos ingredientes o técnicas, puesto que muere y se petrifica. Este es uno de los restaurantes que aportó aquello, por lo que ha recibido múltiples reconocimientos de la American Academy of Hospitality Science, de Relais & Chateux, entre otros

Una de las fortalezas de Zazú fue siempre el emplate, la presentación, como lo demostró su coliflor a la parrilla, con alcachofa braseada, tocino crocante, arándanos, alioli de avellana, el que me hubiera gustado esté ligeramente más presente, lechugas, zanahoria morada y vinagreta de jícama.

Su pato confitado tiene una reducción excelentemente lograda, con vino, jus de pato y lavanda, aunque podría haber sido cocido con un poco más de grasa, servido con gnocchi de papa chaucha, puré de maduro, ricota ahumada, mantequilla tostada, chía y rúcula,

Zazú, sin ser un restaurante de bajo costo, tiene una muy buena relación precio-calidad. Su carta de vinos también tiene precios relativamente razonables

Quizá la única crítica que haría del restaurante es su carta. Dado su gran nivel, y por no haber ido hace algunos años, la esperé más retadora, saliéndose un poco del área de confort, con más sorpresas, como por ejemplo, uno de los platos que en la actualidad está en el menú, el cuy, pierna confitada, ravioli con maní, chicha de morocho, jus de cerveza negra.

Esto probablemente hizo que califique mi experiencia en menor grado que todas las anteriores. Zazú es un muy buen restaurante, de primera, sin embargo, a mi juicio, no está ya liderando la vanguardia gastronómica de la ciudad capital. (O)