El domingo anterior dos establecimientos comerciales de Durán fueron visitados por sujetos armados que dejaron sobres con panfletos y realizaron disparos contra los locales de venta de materiales de construcción.

En los papeles exigen una fuerte suma de dinero para que puedan seguir trabajando. Los afectados acudieron a la Fiscalía para asentar la denuncia y también llamaron al ECU911 en busca de ayuda.

Es un panorama que se repite en varios sectores de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), donde en lo que va del 2024, según cifras oficiales, se registran 462 extorsiones frente a las 1.849 que hubo durante el 2023. Esta cifra, explicó el general Freddy Sarzosa, director de investigaciones, corresponde a la Fiscalía General a través de las delegaciones a la Policía.

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Los comerciantes en Guayaquil reciben amenazas a través de Whatsapp.

Pero a nivel país también sigue afectado a muchas localidades este delito, pese al estado de excepción y los controles policiales y militares que causaron que se reduzca durante algunas semanas la presencia de extorsionadores, más conocidos como vacunadores, y de explosiones en los barrios.

En lo que va del 2024 en Ecuador se han reportado 1.687 extorsiones, casos que la Fiscalía General del Estado notificó a la Policía.

El coronel Byron Ramos, jefe de la Dirección Nacional de Investigación de Delitos Contra la Vida y Muertes Violentas, Desapariciones, Secuestros y Extorsión (Dinased), mencionó que en marzo del 2023 se notó un incremento en extorsiones en el país, cuyo tope llegó a 1.023 delitos hasta junio.

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Estos son los distritos de la Zona 8 con más incidencia de extorsiones, donde se priorizará el trabajo de la FICE

Sostuvo que eso trajo preocupación y empezaron a trabajar en nuevas estrategias para contener el delito y que en algunas zonas se contuvo la cifra de incidencia del delito y en otras se han mejorado la productividad, es decir, el número de detenidos.

Solo en Guayaquil, en las últimas cuatro semanas, agentes de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase) y del eje preventivo han logrado detener al menos a 60 personas relacionadas a actividades extorsivas.

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Incluso cuadernos y libretas con los listados de los negocios y los montos que les exigían se han recuperado.

Pese a esto, los agentes piden mayores controles al trabajo que realizan los funcionarios judiciales, pues aseguran que les dan medidas cautelares a los procesados y salen a seguir amenazando a las víctimas.

Una farmacia de Pascuales fue atacada con un explosivo el año pasado. Extorsionadores le exigen $5.000 al dueño. Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: El Universo

Esta es una modalidad que no solo se da en Ecuador, el coronel Ramos aseguró que está afectando a nivel regional a países como Chile, Colombia y Perú.

Por eso, mencionó que están trabajando con las unidades investigativas de esas naciones para crear estrategias que les permitan dar con las bandas y los cabecillas que operan desde otros países.

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En Colombia un total de 10.560 denuncias de extorsión se reportaron en 2023. Solo en Bogotá, la capital, se reportaron 1.626 casos el año pasado.

En Perú durante el 2021 la Fiscalía receptó 4.000 denuncias por extorsión, mientras que en el 2023 la entidad cerró con casi 20.000 casos reportados.

Amazonas y Ayacucho son las regiones peruanas más afectadas. Presentaron un aumento de hasta 220 % más denuncias de este delito solo en el año pasado.

En Chile, donde el secuestro y la extorsión era delitos escasos, desde el año pasado la Policía ha atendido casos cada vez más frecuentes.

Latin Kings, Los Lobos y R7, las bandas declaradas terroristas en Ecuador ya estarían en Chile

En 2023 la Policía de Investigaciones ha pesquisado 45 casos de secuestros extorsivos solo en la región metropolitana de Santiago de Chile. Tres casos se dieron en menos de una semana en noviembre del año pasado, lo que desató tensión en la población.

Incluso hace un mes se viralizaron imágenes de jóvenes que serían parte de la banda ecuatoriana, los Latin King, y que estarían extorsionando en la zona norte de Santiago.

Se han grabado en vehículos disparando contra casas y negocios para exigir el pago de altos montos de dinero para no atentar con explosivos o matar a los dueños. (I)