“Libertad provisional” y “prelibertad” son términos que han sido escuchados en los últimos días en torno a la situación que vive Jorge Glas, exvicepresidente de Ecuador que solicitó asilo político al Gobierno de México, tres días después de ingresar en la Embajada de ese país, ubicada en Quito, argumentando que tenía temor por su seguridad y libertad personal, ante una persecución política en su contra.