Es una rana mediana de color amarillo, a veces amarillo con café o verde amarillento, generalmente tiene puntos negros en el dorso. Posee verrugas en los flancos, sus patas son cortas y el primer dedo de la mano no tiene membrana.

Estas son algunas de las características del jambato de Cuenca (Atelopus bomolochos), considerada en peligro crítico. Su dorso es liso; de vientre y garganta con pústulas y pliegues; y flancos con verrugas desde el extremo posterior del ojo hasta las ingles.

Además, su cuello es con pliegues glandulares, su hocico redondeado ligeramente puntiagudo. Su cabeza es plana y lisa con glándulas redondeadas en machos y con espinas en hembras.

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En cuanto a sus extremidades anteriores son cortas y gruesas, el antebrazo hinchado y membrana basal en los dedos de la mano.

Esta especie habita en el bosque montano húmedo, subpáramo y páramo. Es de actividad diurna y asociados a riachuelos. Se distribuye en las estribaciones surorientales de la cordillera de los Andes y su registro ha sido en las provincias de Cañar, Azuay y Loja.

El jambato de Cuenca es parte de las 25 especies de sapos arlequines, llamados jambatos en Ecuador, que se encuentran amenazadas en el país. El 94 % está en peligro crítico de extinción y una en riesgo vulnerable.

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La especie captada en Cañar. Foto: Luis A. Coloma.

Doce de esta son A. petersi, A. pastuso, A. bomolochos, A. onorei, A. arthuri, A. angelito, A. guanujo, A. orcesi, A. pachydermus, A. planispina, A. lynchi, A. boulengeri. Las 13 restantes del género son A. coynei, A. ignescens, A. elegans, A. balios, A. exiguus, A. longirostris, A. mindoensis, A. nanay, A. spumarius, A. palmatus, A. podocarpus, A. halihelos, A. nepiozomus.

La investigación fue realizada por Mario Yánez Muñoz, investigador del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), quien publicó el artículo “Jamatos y arlequines en la mitad del mundo: una breve revisión a la diversidad y estado de conservación de Atelopus en Ecuador”.

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Varios estudios han identificado que las mayores fuentes de amenaza que enfrentan las especies de Atelopus ecuatorianos, y que pueden afectar al 100 % de todos sus linajes, son la creación de vías de transporte y la conversión de hábitats agrícolas. Otras fuentes como deforestación y productividad inciden entre el 84 % y 96 %. Mientras, entre el 48 % y 56 % pueden ser afectadas por eventos estocásticos e introducción de especies”, según el estudio.

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Además, menos de la mitad de especies se encuentran dentro del Sistema Nacional de Áreas Protegidas; el 64 % de Atelopus se encuentran en Bosques Protectores, 20 % en humedales prioritarios y 24 % en áreas para la conservación. Solo el 4 % de las especies habitan en áreas del patrimonio forestal del Estado.

Los sapos arlequín pertenecen al género Atelopus, un linaje monofilético y endémico del Neotrópico dentro de la familia Bufonidae. Ecuador es el segundo país en la región neotropical con mayor diversidad de especies.

Para los batracólogos, conservacionistas o biófilos contemporáneos, los jambatos son prácticamente un objeto de culto y veneración.

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Se disponen algo más de 772 registros de sapos Atelopus para Ecuador que se encuentran depositados en al menos 26 repositorios que incluyen museos de historia natural e institutos de investigación públicos y privados.

Tiene una gran preferencia por los ecosistemas de bosques montanos. Entre los 1.200 metros y 3.600 metros de elevación 24 especies habitan estos ecosistemas.

En contraste, los bosques de tierras bajas entre 0 metros y 600 metros de altura contienen seis especies, un número igual alcanzan los ecosistemas de los altos Andes, sobre los 3.500 metros de elevación hasta los 5.294 metros. (I)

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