Empieza diciembre y parece que ya no hay nada más que ver en 2024, sin embargo, entra presurosa una joven pareja con un libro, cuya portada —como potenciada por una fuerza magnética— obliga a voltear, a ver y descubrir, en primerísimo primer plano, una cara de diablo escarlata enseñando sus dientes. El título: La Diablada de Puerto Gris.

La pareja de novios Andrea Pérez Briones y Camilo Ponce escriben desde los 13 y 15 años. Los dos decidieron escribir esta novela a dos manos y se publicó en noviembre de 2024.

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J. R. R. Tolkien, escritor británico, creó un mundo fantástico llamado la Tierra Media en sus libros El Hobbit y El Señor de los Anillos, mientras que Andrea y Camilo —con claras diferencias— crearon un pueblo ficticio y el tiempo lo convirtió en una ciudad moderna, Puerto Santo del Grisel, aunque sus habitantes, debido a la apariencia gris otorgada por la presencia casi permanente de neblina, decidieron llamarla Puerto Gris.

Tolkien creó muchas razas de seres para sus aventuras en la Tierra Media, como los magos, los elfos, los orcos, los hobbits, los enanos, entre muchos otros, mientras que Andrea y Camilo tomaron a los personajes de leyendas ecuatorianas como María Angula, Bella Aurora, el Padre Almeida, la Posorja y otros, y los llevaron a cumplir aventuras intrigantes en Puerto Gris.

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Durante dos años, con una prosa limpia, Andrea y Camilo en 13 capítulos y 244 páginas —cual estrategas de batalla— dirigieron a sus personajes de leyendas por el colegio San Francisco de Asís, por la calle Rocafuerte —conocida por sus pobladores como la Calle de los Diablos por la plaza Española, por el Faro, por la playa Blanca, por el edificio El Perno, por el convento San Diego, por el cerro del Muerto, por la Rinconadita de San Miguel del Rincón, por el reservorio de agua El Pailón, por la Iglesia San Francisco…, para cumplir su misión que duró una semana, justamente cuando se celebraban las fiestas de Puerto Gris con la diablada y la corrida de toros.

Portada de la novela 'La Diablada de Puerto Gris'. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

La Diablada de Puerto Gris inicia con una historia real:

¿Cómo sucedió?

—Me pasó con mi abuelita —empieza Andrea—. Estaba enferma, me estaba bañando y mi abuelita siempre ha creído en las limpias. No es que estaba tan enferma, solo estaba resfriada, me dolía el estómago, tenía un poco de náuseas, cosas así, pero como era niña, mi abuelita se preocupó mucho. Escuché que dijo: ‘Algo le pasa, pero no es físico, debe estar espantada’.

Tenía unos 9 años, a esa edad todavía te ayudan, te secan, entonces, cuando salí de la ducha mi abuelita me secó, me arropó y de la nada me abrió la toalla y fuaaaas me escupió. Me asusté a tal punto de querer llorar porque no sabía qué pasaba, nunca me había hecho eso. Esa historia realmente sucedió, es verídica, pero nosotros la modernizamos con Rosalinda Ayala, tía de María Angula.

¿Se curó?

—Sí, sí me curé. Me espanté más, pero me curé del espanto —dice con una carcajada.

¿Cómo lograron escribir los dos una misma novela, se repartieron los capítulos, los temas…?

—Al principio pensamos escribir otra novela, lo intentamos y no resultó, porque no teníamos la idea clara, ni cómo íbamos a escribir —reflexiona Andrea.

—Un día Camilo me dice: ‘Tengo una idea de escribir una novela sobre María Angula, la de la leyenda’ —continua Andrea—. Es una leyenda que me encantaba desde niña. Entonces, dije: quiero traerle a María Angula para que viva en el presente. A Camilo le gustó mucho la idea y aunque no la concretamos enseguida, ahí nació todo. Después, Camilo pensó en añadir a otros personajes de leyendas y nos encantó. Entonces, llegamos a concretar y a aprender a escribir en pareja.

—Yo decía: quiero crear el modernismo mágico —dice Camilo—. Hemos conocido el realismo mágico en Cien años de soledad de Gabriel García Márquez, pero podemos escribir algo más actual, algo que tenga la misma esencia mágica, pero en el mundo moderno y cuando Andrea me dijo que quería traer a María Angula al mundo moderno, dije: es perfecto, es mi concepto. Entonces, ahí nos unimos y empezamos a inventar la manera de escribir juntos, porque es difícil, todos los capítulos, a pesar de que hay varios personajes, son escritos por los dos —reflexiona Camilo.

—Empecé con un borrador, le pasaba a Camilo, él lo editaba, incluía cosas, luego me pasaba, lo editaba, incluía cosas y así fue todo el proceso a tal punto de que ya no recordamos quién escribió qué, de quién fue tal o cual idea, explica Andrea.

—Una de las partes más difíciles fue unir todas las historias y encajarlas en una sola. Todos los personajes van contando la historia desde su óptica. Es como una especie de tranza literaria, es decir, se van entrelazando las historias hasta convertirse en una historia conjunta, dice Camilo.

La forma como van apareciendo los personajes a medida que avanza la historia es extraordinaria, lo hacen en el momento justo, en silencio, cuando se los necesita, aunque, a veces, lo hacen causando sorpresa, esto permite determinar con facilidad quién de ellos está narrando, porque ellos, en sus parcelas, cuentan sus aventuras.

“Es un esfuerzo conjunto por reinventar las leyendas y crear un universo de modernismo mágico”, reza en la contraportada.

Es común escuchar que hay que reinventarse, aunque no reinventen nada. ¿Por qué dicen ustedes que han reinventado en su novela?

—Reinventar, para nosotros, era tomar algo que ya existía y hacer algo nuevo, porque si uno toma las leyendas y simplemente las cuentas de otra manera, está reciclando. Nosotros no queríamos reciclar las leyendas, queríamos reinventarlas, entonces, trajimos a los personajes con toda su esencia a un nuevo mundo y creamos toda una historia alrededor de ellos. Por ejemplo, María Angula era una niña mentirosa que tuvo un altercado porque le quitó las tripas a un muerto, ahora tiene comportamientos de una adolescente actual, tiene su cabello azul, usa su cámara, su teléfono celular, tiene un blog en internet y en ese entorno comienza a suceder su historia, entonces, reinventamos su historia basada en una esencia anterior —explica Camilo.

Andrea Pérez Briones y Camilo Ponce, autores de la novela 'La Diablada de Puerto Gris', durante un conversatorio, en la cafetería y librería Tres Gatos, en Quito. EL UNIVERSO. Foto: Alfredo Cárdenas.

¿Cómo se creó Puerto Gris?

—Puerto Gris, obviamente, es ficticio, pero teníamos la idea de que tenga toda la esencia del Ecuador. Necesitábamos una ciudad ficticia para poder transportar a todo el Ecuador y a toda Latinoamérica hacia un solo sitio en el que se sientan identificados y que no tenga un nombre como Quito o Guayaquil —dice Andrea.

—El realismo mágico habla de ciudades muy antiguas como Macondo que es un pueblo de cabañas, nosotros dijimos, en el modernismo mágico, el pueblo creció demográficamente y tenemos que describir cómo este pueblo pequeñito macondiano ya es una metrópoli con sus edificios, con su metro, con sus problemas de tráfico, pero con esa misma magia implícita en el ambiente. Creamos Puerto Gris para demostrar este concepto del modernismo mágico —cuenta Camilo.

—Además de que es un pueblo y como nosotros hicimos el modernismo mágico, lo hicimos crecer y quisimos que en la actualidad esta ciudad se identifique con las personas, pero fue un pueblo y mantiene muchas de sus tradiciones, sus costumbres, sus cosas esotéricas, lo mágico propio de los pueblos y ahora tiene los problemas de una metrópoli, la fácil divulgación de la información a través de las redes sociales. Además, con Puerto Gris queremos exportar el potencial del país, todo el libro tiene hermosos paisajes del Ecuador —asegura Andrea.

En resumen, ¿qué es La Diablada de Puerto Gris?

—En la parte de sintetizar soy muy mala, me encanta contar historias larguísimas —dice Andrea —con una franca sonrisa—, Camilo nos va a sintetizar y yo le voy a incluir alguna cosa.

La Diablada de Puerto Gris es una novela ficticia, basada en el modernismo mágico como género. Tiene el objetivo de traer al mundo actual a muchos personajes de leyendas y unirlos en una sola historia, eso es básicamente el concepto de la novela. Entonces, trajimos al Padre Almeida, a Bella Aurora, a la Posorja, a María Angula, a Ramón Ayala Sandoval del gallo de la catedral y también tomamos muchísimos paisajes del Ecuador, como el diablo de Tandapi, la Diablada de Píllaro, lugares y tradiciones, y todo lo unimos en una sola historia. La Diablada de Puerto Gris es un conjunto de leyendas antiguas, de lugares y paisajes ecuatorianos traídos a una ciudad ficticia, en la modernidad —explica Camilo.

De la misma forma como Puerto Gris —siendo un pueblito— con el paso del tiempo se convirtió en una metrópoli, aquí, en la cafetería y librería Tres Gatos, también el tiempo ha determinado el fin de la plática.

Sobre los autores:

Andrea Pérez Briones, de 39 años, es autora de Antes de partir quiero decirte, Desnuda y su última obra, La Diablada de Puerto Gris.

Camilo Ponce, de 43 años, ha escrito Ocho poemas para violín y varios videopoemas. La Diablada de Puerto Gris es su última obra.