El anuncio de que el campo Sacha sería delegado a la inversión privada a través de un contrato de participación por 24 años, que se dio a conocer en el Ecuador Open for Business (evento que busca atraer inversiones privadas por $ 30.000 millones), trae varias voces en contra. Trabajadores, políticos y expertos petroleros coinciden en que el campo, considerado la Joya de la Corona del Estado por ser un campo productivo de un crudo liviano y en plena producción, no debería ser entregado a la operación privada, pues esto generaría menor rentabilidad al Estado.