Veinte empresas del país fueron reconocidas por Banco Pichincha, por sus resultados de sostenibilidad a partir de sus proyectos financiados con créditos Bío. En la cuarta edición de los Premios Bío se destacó que el Banco ha entregado $ 900 millones desde que introdujo el producto de finanzas verdes. Solo en 2023 se dieron $ 219 millones. Las empresas reconocidas han concretado proyectos medibles y efectivos en favor de la sostenibilidad. Entre ellos, 26.000 empleos directos, 5.000 hectáreas de conservación de bosques, 42.000 hectáreas de cultivo certificadas en gestión social y ambiental. Además, 189.000 toneladas de carbono capturadas gracias a prácticas de conservación y el 48 % de clientes exportadores cumpliendo estándares de sostenibilidad. La premiación se dio el 9 de mayo en Quito y este viernes 10 será en Guayaquil. Antonio Acosta, presidente del banco, explica los parámetros bajo los cuales se entregan dichos créditos y cómo factores como el riesgo país y la política tributaria afectan el desembolso de dichos recursos.

¿Por qué Banco Pichincha celebra estos premios de finanzas verdes?

Lo que hacemos es reconocer a todas las empresas y personas que están cuidando el medioambiente. Les damos el denominado Crédito Bío, asociado al tema de la naturaleza y al cuidado del medioambiente. Todas las empresas que reciben nuestro Crédito Bío, para desarrollar proyectos sostenibles, amigables con el medioambiente, son reconocidas por el banco.

¿Cuántos beneficiarios hay de estos créditos y qué tipo de proyectos se financian?

Son 30.000 clientes que han recibido desde hace seis u ocho años este tipo de créditos, desde que estamos comprometidos con esta modalidad. Hemos dividido la cartera de clientes en tres categorías: agricultura, construcción y el resto. La agricultura es un segmento bien grande y en el que hay mucho espacio para cuidar, no solo el medioambiente, sino también a los consumidores, para que estos consuman productos que sean sin químicos, más orgánicos. Financiamos la agricultura sostenible. Premiamos a los que más esfuerzo han hecho en este sentido.

En construcción, ¿qué parámetros toman en cuenta?

La actividad de construcción de viviendas es una de las que más consumen agua, energía, generan basura. Es un segmento que puede afectar al medioambiente. Ahora les damos créditos a constructores que puedan reciclar el agua, que ponen sistemas de energía no convencionales, sino autosustentables como paneles solares, que reciclen en agua y que recuperen y utilizan agua de la lluvia. Vemos proyectos con sistemas de mantenimiento y bodegaje de agua. En cuanto al manejo de basura, nos interesa el reciclaje. Los proyectos que guardan estos parámetros reciben certificaciones y es lo que reconocemos.

¿Cuáles son las iniciativas o casos de éxito que más llaman la atención?

Me gustó mucho la de Graiman, empresa de cerámica y porcelanato. Lo que están haciendo en materia de sostenibilidad y cuidado del ambiente y del medio que les rodea, cómo hacen las compras de su materia para hacer los productos, la distribución, cómo venden, cómo procesan, están cuidando totalmente que su proceso no afecte la naturaleza. Es uno de los ejemplos que más me impresionó.

¿Qué tanto interés hay de los clientes de apostar a las finanzas sostenibles?

Es al revés. Nosotros ya no estamos dispuestos a dar créditos a empresas que no estén dispuestas a cumplir objetivos de sostenibilidad. No es que tengamos mucha plata, por eso la plata que tenemos preferimos dársela a clientes que estén comprometidos. El banco escoge a quiénes financiar y a quiénes no financiar. Les decimos hazte sostenible, aprende de lo que hacen los otros y yo te ayudo. Es una cultura inversa.

¿Cómo se ha desarrollado la cartera en este sector?

Ya son $ 900 millones los que hemos desembolsado en los últimos años a unos 30.000 clientes. Además, son 6.500 inmuebles, entre edificios y viviendas, que han sido financiados con esta modalidad. Estos tienen una certificación que da el Municipio. Esta entidad es encargada de verificar que cumplan con las especificaciones EDGE. Si tienes la certificación EDGE, ven al Pichincha que yo te financio. Estos créditos los otorgamos en áreas de energías renovables, construcción sostenible, agricultura sostenible y movilidad sostenible. En este último punto, por ejemplo, financiamos vehículos que son para movilizar gente, pero deben cumplir con parámetros ambientales.

¿De dónde vienen los fondos?

Los fondos vienen del exterior. Hay entidades internacionales que nos dan los fondos para que nosotros prestemos con esas condiciones. Por ejemplo, del FMO de Holanda, el DFC de Estados Unidos, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

¿Es fácil conseguir fondos ahora que tenemos un riesgo país en el umbral de 1.100 puntos?

Sí hay fondos externos para financiar este tipo de proyectos. El problema es que el Gobierno les puso un impuesto a estos fondos. Es una pena, porque mucho de lo que iba a venir ya no viene por el impuesto. De todas maneras, algo se está trayendo, no tanto como lo que nos gustaría, todo por efecto del impuesto a la salida de divisas (ISD) que ahora se le aplica.

En todo caso, el riesgo país ha bajado también 1.000 puntos, ¿esto ayuda?

Claro que ayuda, los organismos ven con mayor interés la posibilidad de prestarnos, porque el riesgo es menor. Pero más allá del riesgo país nosotros no estamos tan interesados en traer dinero del exterior, porque se puso el impuesto y esto significaría darle al cliente un crédito más caro. (I)