En camiones, como el que levantaba el polvo de las calles de tierra de la cooperativa Sergio Toral II en el noroeste de Guayaquil, se distribuyen las cocinas de inducción de distintas marcas que se entregan a las familias y que funcionan con electricidad de 220 voltios. Las ofrecen puerta a puerta en las casas que cuentan con medidores. El financiamiento es estatal, a tres años plazo. El cobro se hace a través de las planillas de consumo de energía.