Fue parte de los concursantes que más tiempo pasaron en el balcón de MasterChef Celebrity Ecuador, “una experiencia que no tiene comparación con ninguna otra de mi vida, que ya es larga, son 64″ años. Además de una buena cocinera, es reikista y sanadora pránica, entre muchas otras habilidades, pero afirma que en todas ha regalado las primeras cien horas de práctica, para alcanzar la experticia.

La guayaquileña Susi Hidalgo Timmer se considera una persona tolerante, pero cree que vivir con más de una veintena de celebridades en competencia, más el equipo de producción del reality de Teleamazonas, le dio un mayor entendimiento del ser humano. “Le hacía terapia a todo el mundo. Fui un soporte emocional de mucha gente”, algo necesario por el desgaste físico y mental del rodaje. “Grabábamos 17 horas diarias”. Y ella seguía llevando su trabajo en línea, como terapeuta y creadora de contenido, por las mañanas.

Publicidad

Susi maneja sus redes sociales y trata de reaccionar a todos los comentarios que recibe, aunque pase en ello dos o tres horas. “Es el respeto que merecen (los seguidores). Y ahora tengo a mi productora, que es mi sobrina. Graba, edita y arma todo”.

Mucho de lo que proyecta sucede en la cocina, que para ella es como el corazón de la casa. “Yo cocino y estoy dándote amor. Nos criaron así. A mi casa todos los sábados venían mis amigos y los de mis papás y había todo lo que te puedas imaginar. Por eso aprendí y sigo aprendiendo platos nuevos”.

El consejo erótico de Susi Hidalgo en ‘MasterChef Ecuador Celebrity’

Excepto los dulces. “No es lo mío, ni las frutas, no me caen bien, son muy dulces. Como, a veces, un pedazo de torta de chocolate. Soy una comedora de vegetales”, pero no vegetariana, aclara.

Su entrenamiento en la cocina fue, en su mayoría, a solas, experimentando, pero recuerda que su abuela le enseñó algunos platos alemanes. De ese lado de la familia también heredó el orden. “Mi papá era bien ordenado, y mis abuelos, más que nada en el comportamiento, supercuadrado (rigidez, perfección). Y yo me fui cuadrada a estudiar en Estados Unidos, y allá eres redondo (exploración, divergencia) o eres redondo. Ahí me hice redonda, y sigo, no voy a parar hasta que me vaya”.

Publicidad

Susi empezó a entrenarse en 'life coaching' para relacionarse mejor con su hijo adolescente. Foto: El Universo

Sin embargo, ese cambio tuvo su costo. Fueron cuatro años que le parecieron ‘durísimos’, pues recibió bullying (acoso escolar) por ser latina. Después de una pausa dramática añade: “Y no tengo cara de latina, pero soy relatina. Sufría como condenada. Y yo que soy amiguera al máximo, pues mi inteligencia social es la primera, ¿no tener amigos? ¿Qué hacía? ¡Ser buzo!”, comenta en otro de sus giros inesperados.

“Hice un masterado en buceo y me fui a nadar con los tiburones y las ballenas, qué belleza. Eso hice, ver cómo sobrevivía. Siempre lo he hecho. Soy resiliente ciento por ciento. Me ha tocado comenzar de cero varias veces”, rememora. “Dos divorcios. Me botaron de tres trabajos en la misma semana. ¿Y ahora?”.

Entonces decidió abrir un consultorio. “Eso fue lo mejor que me pudo haber pasado, que me hayan sacado de los trabajos. Y aprendí que todo lo tienes que agradecer. Yo no sabía que la palabra gracias tenía el poder que tiene. No sabía nada de lo que sé, pero era intrínseco en mí. Ahora soy independiente, hago lo que me da la gana, doy conferencias cuando quiero”.

José Andrés Caballero y Susi Hidalgo son los ganadores del primer reto de ‘MasterChef Ecuador Celebrity’, cocinando lengua y ojos de res

Empezó en medios justo después del segundo divorcio. Pidió un espacio en Radio Tropicana. “Al día siguiente comencé Hablando con Susi. La gente comenzó a preguntar de sexo y tuve que estudiar sexualidad humana, porque no sabía nada. Y por tratar este tema me llamaron de TC Televisión. Yo tenía 42 años”.

La propuesta era un segmento de tres minutos en el noticiario de la medianoche. Después tuvo La pregunta del día, un programa digital, pero pronto volvió a trabajar sola. “Yo estoy muy bien así”. No le falta público, todos los días recibe cientos de preguntas, y de ellas elige una. “No es lo que yo quiero, es lo que la persona necesita que conteste”.

La preocupación más frecuente, ha notado, es que la gente no sabe cómo ser feliz, así aparente tenerlo todo. Susi advierte que un consejo en un minuto de video está bien para una emergencia, pero lo correcto es ir a terapia. “Si no es conmigo, con cualquier terapeuta o psicólogo, y hay gente a la que dirijo al psiquiatra, porque necesitan medicación”.

Las bendiciones y la cocina de Susi Hidalgo

Susi habla de sus hijos como maravillas. “Tengo tres bendiciones (Susi María, Enrique y José Luis) y dos nietos, de 19 y 12 años”. La llaman Papu, un término cariñoso que ella les devuelve. “Yo nací para ser mamá, no para ser esposa”, dice muy segura.

Susi Hidalgo estudió reiki y sanación pránica, practica, enseña meditación y da terapia de parejas. Foto: El Universo

La terapeuta de parejas y conferencista de sexualidad está sola al momento. “Qué pereza, a mí me encanta tener libertad. Un estudio dice que mientras más feliz es la gente, menos parejas tiene. En mi caso, es ciento cincuenta por ciento cierto”, dice con gesto de satisfacción. “Soy demasiado feliz con mi vida. Si llega alguien que tenga la misma estructura mental… habrá que ver, ya les contaré. Pero así estoy muy contenta”.

¿Y si hay otras propuestas de televisión? Lo mismo. “Habría que ver de qué se trata. MasterChef Celebrity fue un regalo para mí, porque me gusta mucho cocinar e interactuar con la gente. ¿Chismes o farándula? No se me ocurre hablar de nadie. Todo lo contrario, desvío la atención de la persona”.

Su sociabilidad va en otra dirección. Le encanta tener invitados a comer. En su cocina no falta el vino. “Puede estar todo vacío y hay una botella de vino, sin dudas. Para cocinar tengo muchas recetas, y para tomar con mis amigas, también. “Eso hago, tres veces por semana, me encantan las reuniones, las conversaciones”. ¿Y fiestas? “Ya no tengo edad para las fiestas. La música me gusta ponerla yo. Bailo solita”.

¿Cómo es la terapia con Susi?

Susi observa que el ser humano puede perder la compostura cuando no sabe manejarse emocionalmente. “Esta es la era de la falta de inteligencia emocional. Vivimos en la inmediatez, en la falsa dopamina y oxitocina que genera el like, el ‘¡ay, ya tengo dos seguidores más!’.

Les dice falsas porque vienen de estímulos externos y pasajeros, cuando lo ideal, asegura, es que uno produzca sus propias hormonas de la felicidad. “No esperar que alguien te haga feliz, esa vaina no existe. Pero ahora queremos que la pareja sea el amigo, el amante, el terapeuta, el mejor niñero, el mejor cocinero, el que mejor arregla. No podemos ser todo en uno, no existe, pero lo queremos porque lo vemos en redes”.

Así fue la primera competencia por el pin del chef de ‘MasterChef Celebrity Ecuador’, entre José A. Caballero, Susi Hidalgo, José Pacheco, Sergio ‘el Heladero’, Hellen Quiñóñez y Alberto Astudillo

Las plataformas digitales, resume, son un generador de dopamina artificial. “Si tú has visto el programa”, subraya, “todos son competitivos menos yo, no es mi interés. Nunca tuve pin del chef, nunca fui capitana, y la gocé tremendamente. Muy divertido y aprendizaje puro de cada uno de los que estaban ahí. Casi todos eran como sobrinos. Por eso me dicen tía Susi”.

Así que se dedicó a enseñar la gratitud por todo lo que ocurría. “Si los botan, si les ponen delantal negro, si les dicen algo, si se pelean, que agradezcan y respiren. Lo que más le enseño a la gente es que la respiración controla el pensamiento, si tú respiras como te enseño no puedes pensar al mismo tiempo y permaneces en una zona de meditación. Yo lo hago desde hace 30 años”:

Ella se inició en la meditación como parte de su continuo interés de crecimiento personal. Asegura que ha intentado de todo en su vida, yoga, esquí, crossfit, deportes extremos. “Todo tiene un hasta ahí, pero me quedo con la meditación”.

Estudió Ciencias de la Comunicación y Sociología en Miami. Es coach de vida desde hace 28 años y ha aprendido de maestros internacionales. “Trabajo mucho con Joe Dispenza” quien es conferencista, quiropráctico y escritor, además de investigador en neurociencia, epigenética y física cuántica.

“Estudié con Omar Salom y con Carlos Rossi me formé como coach científica”. Llegó a ese mundo, dice, por accidente, porque no podía tener una buena relación con su hijo, quien entonces tenía 15 años. “Dije: ‘no puedo pasar mi vida peleando con él, lo estoy haciendo mal’. Desde el primer día de clases cambió la relación porque yo cambié la forma de interactuar con él. Ahí pensé: ‘esto me encanta, y si lo logré con mi hijo…'”.

Del coaching, Susi se extendió a la terapia de parejas e individuos y de gente con enfermedades como el cáncer. “Hago biocodificación energética”, asegura, una práctica que consiste en enseñar a la gente a desconectar, desprogramar y decodificar las memorias y emociones traídas desde antes de nacer. “Y desde otras vidas, porque tenemos una sola alma que ha vivido varias veces”.

¿Cree Susi en la reencarnación? “No creo, estoy convencida. Siendo terapeuta he recibido muchas terapias, entre ellas, regresión con Brian Weiss (médico y psiquiatra estadounidense), quien descubrió que teníamos bastantes vidas”. Weiss elaboró toda una metodología para la regresión, y en su consultorio en Miami la ha aplicado a miles de personas, con la premisa de que recordar ayuda a curar los traumas.

“Yo me acuerdo de cuatro vidas mías pasadas”, asevera Susi. “A veces tengo sueños donde soy yo, pero en otra persona, hasta hombre, porque hemos sido de todo. He sido una alemana gorda que le daba de comer a todo el pueblo, por ahí ha de venir mi gusto por la cocina. Lo más probable es que también fui vikingo. Recuerdo una época medieval y siendo bailarina de cancán en París, 1930″.

Adora bailar. “Bailo y canto todos los días, 15 minutos, mientras me baño, me visto, limpio. Porque yo limpio mi casa, cocino y ordeno. Como digo, yo lavo mi casa, porque soy un poquito exagerada con la limpieza”.

Y aquí Susi empieza una reflexión sobre el orden y la armonía. “Cuando uno es así afuera, lo es hacia adentro. Yo era muy desordenada de joven. Después comencé a darme cuenta, y mientras ordenaba, me ordenaba yo. Así funciona, lo que es arriba, es abajo; lo que es adentro, es afuera”.

Eso, piensa, es armonía. “Es no tener caos en la vida. Cuando uno tiene una vida externa caótica, vive en desorden, porque así está la mente. La mente actúa igual en todas las áreas de la vida. Puedes engañar a alguien poco tiempo, no más, porque te sale la esencia de quien eres”.

Asegura que ha desarrollado intuición para saber cuándo están tratando de engañarla. “He tenido pacientes que vienen, pagando, a mentirme a mí. ‘¿Para qué vienen?’, les digo. “Casi bruja”, añade con una sonrisa.

Gigi Mieles: “Yo no hago nada por marketing; yo abrí mi corazón con el público”

Además del equilibrio, Susi cree en el ejercicio diario como un benefactor del cerebro. “Todo lo que genera en el cuerpo no tiene precio. El ejercicio te hace vivir sano, que las células estén con su núcleo perfecto, que las mitocondrias estén funcionando, que tengas el sistema inmunológico alto, que tengas el sistema nervioso central en armonía”.

En cambio, la mente dispersa y ansiosa vive en una situación de amenaza. “No sabe lo que es verdad y lo que es mentira, quiere salir corriendo y empieza a generar ese veneno que se llama cortisol, que engorda, no deja salir embarazada, crea una ansiedad perenne. Los medicamentos que la gente toma ahora por ansiedad nunca se han vendido tanto como en esta última década, pero los últimos cinco años han sido de locos”.

Hace un paréntesis para indicar que las prescripciones psiquiátricas son necesarias para muchas personas. “Yo no receto, no soy médico. Enseño a respirar, a meditar, a calmar las emociones. Pero lo más importante: soy entrenadora de la mente, para que la gente tenga paz, tenga amor, tenga relaciones de éxito”.

Estos ejercicios consisten en decirle a la mente en voz alta lo que uno quiere. “Todo lo que vivimos es mandado por nuestra mente. Son 70.000 pensamientos diarios: 69.000 son del pasado y otros 1.000 del futuro. Yo les enseño a vivir en el presente, el único que existe”.

Los seres humanos, dice Susi, somos solo energía viviendo en un cuerpo prestado. “Y este cuerpo hay que cuidarlo todos los días si queremos llegar a los 80 y ponernos de pie solos o a los 90 sin que nadie nos limpie nada”.

Su ambición es llegar a esa edad, pero en sus propios términos. “Quiero llegar a ser veterana, pero fit, con la mente perfecta, trabajando, ayudando a la gente”. (E)