Julio Sabala viene a Guayaquil a presentarse y a comer cangrejo. Dice que se siente muy bien en ciudades “proclives al humor”, donde hay Costa, mar y gente “con colorcito, bullanguera, más feliz”. Asegura que aquí tiene amigos y esto le permite venir anticipadamente, ensayar, ensamblar, promocionar el show con calma y hacer algo de turismo.