La fiebre propagada por Luis Miguel entre sus millones de fans, se esparció por diversos países del mundo. El lanzamiento de sus discos generaron récords de venta, y las entradas a sus conciertos se agotaban en cuestión de pocos días. Así era el furor que inspiraba el intérprete en la década de los 80 y 90, cuando el grupo Menudo, también alcanzaba una popularidad indiscutible.