Charlie Cisneros y su pasión por la acuarela

Agradecido con la vida porque se divierte creando publicidad y pintando. Así se siente Charlie Cisneros, quien dice no tener un trabajo porque ama lo que hace. Este guayaquileño, de 59 años, es publicista y tiene su propia agencia desde hace trece años: Luz Verde.

Aunque estudió en la Escuela de Bellas Artes hace muchos años fue a raíz de una operación en el 2005 que comenzó a pintar acuarelas, al querer replicar una obra de su artista favorito: Kev Walker. “Tuve que quedarme en cama mucho tiempo, vi una acuarelas y comence a pintar”, recuerda el artista, quien calcula haber pintado unas 200 obras hasta la fecha.

Luego, en un viaje a Nueva York, compró materiales de primera línea para que el resultado sea de calidad. “En los cursos que doy les explico a mis alumnos que cuando empiezas a pintar con lo mejor te van a salir las cosas mejores. Si utilizas materiales de baja calidad el resultado no es muy bueno”, dice Charlie, quien usa cartulinas inglesas, francesas e italianas. Los pinceles (Escoda, Isabey, Da Vinci) pueden llegar a costar hasta $ 200 cada uno, agrega.

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Profesionalmente pinta desde el 2015 y su reciente proyecto es el calendario institucional de BASC (Business Alliance for Secure), con trece acuarelas relacionadas con transporte, contenedores y comercio internacional.

“Mucha gente ve a la acuarela como un medio difícil, pero en realidad no es así. Solo debes tener un buen maestro que te enseñe y te diga, como en todo lado, los secretos que debes conocer para obtener un gran resultado. Cuando no conoces bien como manejar la cantidad de agua y de pigmento o pintura, el cuadro se te daña y no tienes como arreglarlo, a diferencia del óleo que puede corregir cuando se seca”, enfatiza Cisneros.

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Los paisajes urbanos son sus favoritos, aunque también hace retratos cuando se lo piden sus clientes. Aparte de Ecuador, algunos de sus compradores son de Nueva York, Miami, México y Perú.

Reconocimiento internacional

The Art of Watercolour es una revista francesa que circula cuatro veces al año y en los cuatro últimos números ha concursado el ecuatoriano. “Todos los acuarelistas del mundo envían sus obras y ellos escogen qué publicar. Hasta el momento la mejor posición que he tenido es un cuarto lugar con una acuarela que se llama París”, finaliza Charlie Cisneros. (I)