Todo empezó en 2005 en la ciudadela Miraflores, emblemático sector de Guayaquil que junto con la calle Víctor Emilio Estrada de Urdesa -ya establecida-, se convirtieron rápidamente en referentes comerciales para abrir un sinnúmero de negocios. Fue Julio César Chávez Calle que tuvo la visión de compartir con sus amigos una de las experiencias gastronómicas más memorables de sus viajes: la comida mexicana. Una pequeña idea que pronto se convirtió en el pilar de toda una descendencia, cuando su hijo Luis Fernando Chávez Pardo heredó el sueño de su padre y nació una empresa familiar llamada Tijuana Mexican Food. Así, los burritos y alambres tomaron gran popularidad entre los visitantes.