Ya se extrañaba un evento gastronómico de este tipo en la ciudad. Llegamos con un grupo de amigos a la una de la tarde. El parqueo ubicado sobre la avenida Francisco de Orellana tenía espacio para aparcar los carros, pero quienes reservaron para el festival (así hay que hacerlo) tienen la posibilidad de dejar sus vehículos en los parqueos subterráneos del hotel sin costo presentando los tickets y la factura.