El mundo del cine salió a la calle y las librerías cerraron por el paro general en Argentina el pasado 24 de enero. El sector cultural se convocó a la media jornada de huelga general para protestar contra las medidas adoptadas por el Gobierno que preside Javier Milei.

La cultura ha sido una de las protagonistas, y en la avenida Corrientes de Buenos Aires la mayoría de las librerías bajó sus persianas y los teatros apagaron sus marquesinas. Los trabajadores del libro tuvieron su propia columna en el paro, conformada por escritores, diseñadores, editores, correctores, artistas, libreros, maquetadores, distribuidores, diseñadores gráficos y lectores.

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La Cámara Argentina de Librerías Independientes (CALI) convocó a los negocios de todo el país a adherirse al paro y a protestar contra el Gobierno, que pretende derogar la llamada “ley del libro” y reducir la financiación a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip).

La escritora Claudia Piñeiro acudió a la red social X para dar su opinión. “No es justo que la inflación la absorbamos toda nosotros”, señaló, refiriéndose a los autores. “Un libro que en julio valía aproximadamente 5.000 pesos hoy sale (en) aproximadamente 15.000. Muchos lo cobrarán en febrero (el porcentaje por derechos de autor), pero ya no será el 10 % sino 3 % o menos. La inflación la absorbe toda el autor”. Explicó también que este pago toma de seis a ocho meses en hacerse efectivo.

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Ya antes, el sábado 20 de enero, la Unión de Escritoras y Escritores había convocado a la Feria del Libro Urgente, en la plaza del Congreso de Buenos Aires, con el lema “Menos libros = más pobreza”, que tuvo como evento estrella una clase abierta con la novelista y ensayista Liliana Heker.

Artistas y personalidades de la cultura de Argentina, como los músicos Charly García, León Gieco y Fito Páez; los cineastas Santiago Mitre y Lucrecia Martel; o los intérpretes Ricardo Darín, Cecilia Roth, Leo Sbaraglia, Graciela Borges y Mercedes Morán, han mostrado públicamente su oposición a los planes de reforma cultural del Ejecutivo.

Participaron con una carta abierta en el diario Página 12, enviada por el Frente de Soberanía Cultural, en defensa de la identidad argentina, y dirigida al Congreso Nacional. “La cultura está en peligro”, sostuvieron, y rechazaron el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) y la ley ómnibus de Milei.

Los trabajadores del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) y de otros organismos culturales públicos salieron, pues afirmaron que ven afectada su supervivencia. Se concentraron en la plaza del Congreso, junto con los sindicatos, los partidos políticos, las asociaciones civiles y las organizaciones de derechos humanos que protestaron contra el Gobierno.

Algunos colaboradores de Milei, como la diputada Lilia Lemoine, criticaron que los artistas “no agarren una pala” y fueron muy duros con las posiciones del sector. “Una persona que no puede comer no puede ir al teatro; entonces, ¿por qué hay que pagarlo con impuestos de todos?”, dijo en una entrevista.

Fuera de Argentina, directores de cine, como Pedro Almodóvar o Alejandro González Iñárritu, e intérpretes, como Isabelle Huppert o Maribel Verdú, también han cargado contra las propuestas de Milei y apoyado las demandas de colectivos como Cine Argentino Unido. (I)