<b>Antisocial y asocial no son sinónimos</b>Veamos sus significados por medio del análisis de sus componentes:El prefijo <i>anti-</i> se refiere a lo opuesto o a lo que tiene características contrarias, que así como puede prevenir o proteger (anticorrosivo, antigripal) también puede lesionar o dañar. Precisamente en este último sentido se encasilla la palabra antisocial, que debe emplearse para mencionar a la persona que está en contra de la sociedad y de las reglas establecidas en ella. Así, un antisocial es alguien que comete delitos o actos que atentan contra la seguridad de sus semejantes.El prefijo <i>a-</i> denota negación (amoral [que no tiene conducta moral]) y ausencia o falta de algo. De aquí parte la idea de que un individuo asocial se aísla o evita relacionarse con otras personas, pues se le dificulta seguir el curso de una conversación o incorporarse a la sociedad.A veces de manera coloquial se emplea la palabra antisocial como equivalente de ‘asocial o poco sociable’. No obstante en el ámbito formal hay que tener cuidado con el uso de estos vocablos, ya que una persona que nunca ha cometido un delito puede ser asocial pero no un antisocial. En cambio, un antisocial (alguien que tiene actividades delictivas) puede estar plenamente integrado en un grupo social, es decir, no es asocial.<b>Usos de infligir e infringir</b>Ambas se escriben con /g/. <i>Infligir</i> es causar o imponer una pena, un daño físico o moral. Ejemplo: <i>Su traición le infligió un pesar sin límites.</i><i>Infringir</i> es quebrantar una norma o una ley. Es obviar los cánones establecidos. Ejemplo: <i>Los conductores de Guayaquil infringen constantemente la ley al circular por el carril exclusivo del metrovía. (</i>Actualizado del libro<i> La esquina del idioma II). </i>(F)FUENTES: <i>Diccionario de la lengua española</i> (versión electrónica), <i>Diccionario panhispánico de dudas</i> (2005) y <i>Diccionario de americanismos</i> (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; <i>La esquina del idioma II</i> (2018), de Piedad Villavicencio Bellolio.