En Ecuador, las restricciones a la movilidad por la pandemia poco a poco se van flexibilizando por muchas razones, la principal, trabajar. A las normas básicas de las que ya se tenían antes, el saludo, la cortesía, etc., ahora se han sumado portar correctamente la mascarilla y mantener el distanciamiento físico, para evitar que continúe propagándose el COVID-19. Hasta el cierre de esta edición el país registraba 49 731 casos positivos de coronavirus.

Más del 50 % de las ciudades en el país ya se encuentran en semáforo amarillo, incluso dos ya están en verde (Aguarico de la provincia Orellana y Daule por Guayas), mientras que otros aún están en rojo. Tomando en cuenta que al encontrarse en amarillo o verde son menos restrictivas las medidas, eso no significa que la pandemia ya pasó, es ahora cuando más alerta debe estar y acoger las recomendaciones de las autoridades, pero las sugerencias son pasadas por alto por muchos ciudadanos.

Según la psicóloga clínica María José Garzón, aparte de que se han estado realizando propagandas y hay señaléticas, cree que va más allá de una autoconciencia. “A partir de que pasamos a semáforo amarillo muchas personas creen que ya pasó el riesgo y eso es falso, porque estamos viendo las estadísticas que han ido en aumento de los casos... Si es que hicieron estos cambios fue más que nada por la reactivación económica”, asegura.

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Para la psicóloga Karina Vallejo algunas personas son más conscientes sobre las medidas de prevención, pero otras hacen caso omiso, por lo que puede resultar incómodo e incluso peligroso pedirles a estas que guarden su distancia o hagan uso correcto de la mascarilla.

Comunicación asertiva

Ante eso, Vallejo y Garzón resaltan la importancia del manejo de la comunicación asertiva con los demás. Esto, según Vallejo, consiste en desarrollar la capacidad de ser asertivos y la habilidad de pedirlo y cita, como ejemplo, explicar la situación, lo que siente.

“Lograr que nosotros de alguna manera podamos manifestar a la otra persona de una manera simple y que seamos muy claros, y también oportunos”, agrega Garzón.

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Con ellas coincide el psicólogo clínico Samuel Merlano, quien sugiere sensibilizar a las personas y explica cómo hacerlo. “Con una breve historia o un caso de las consecuencias si no logran atacar las recomendaciones, las personas estamos en estado de inconsciencia hasta que no le suceda una caso que les afecte personalmente”, afirma Merlano.

Sin embargo, Garzón considera que sensibilizar a las personas sí está bastante complejo. “El ser humano es un ser netamente social, ahora si nos vamos a la parte un poco más cultural, nosotros somos de los que nos gusta estar en grupo..., entre más cerca mejor, eso se ve bastante en todas las personas, y ahora todas las medidas que nos ha tocado adoptar se ha vuelto bastante complejo”, sostiene.

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“Las personas tienen ese pensamiento, como es familia, como es amigo, como es conocido no pasa nada y eso no es así, realmente uno no sabe quién tiene este virus porque no sabemos cómo está siendo cuidado dentro”, agrega.

Cómo manejar al agresivo

Merlano dice que con los agresivos hay que actuar amablemente y decirle, ‘gracias por atenderme y decirle le deseo lo mejor para usted y para su familia’. “Esto genera en ellos que reflexione que han actuado mal y que el deseo de los demás es que tengan salud y todos nos cuidemos”, apunta Merlano.

Vallejo, por su parte, indica que evitar el contagio depende de uno mismo, puesto que si ya pidió de manera asertiva a los demás y reaccionaron de manera agresiva, lo mejor es uno tomar la distancia y “hacerme responsable de mi salud”.

Una manera de decir, según Garzón es: "Buenos días, le recuerdo que estamos atravesando una situación bastante difícil y es importante el autocuidado suyo, tanto para usted como para su familia y el resto de personas".

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Resalta también la importancia de escuchar la versión de la otra persona. "Ahora si nos encontramos con una persona que es muy agresiva y se ofusca fácilmente, que eso hay, con todos los cambios que hemos tenido la gente se ha vuelto muy a la defensiva, entonces de alguna manera escuchar sus razones y si es que esa persona utiliza un tono de voz muy alto, nosotros inmediatamente con una técnica, bajar un poco la voz modulando y decirle: 'es una manera que yo le estoy aportando y lo estoy ayudando, muchas gracias', y darse la vuelta", explica Garzón. "No es tan importante lo que se dice sino como se dice", recalca.

¿Cuál es el estado de las personas en la actualidad?

Según Vallejo, el miedo colectivo fue la primera parte y hubo una gran perturbación psicosocial, que ha bajado un poco su intensidad; sin embargo, la curva no es que está plana sino que se mantiene activa. Indican que esta situación excedió a nuestra capacidad de calma que podríamos tener bajo otras circunstancias. “Con este tema de pandemia no se logró, en lugar de canalizarse de una manera positiva tomó un camino diferente, por ejemplo, la preocupación, la tensión, la angustia”, afirma.

Familias que antes entre comillas normal podrían haber avanzado con algunas situaciones de fisura familiar, o sea que tenían conflictos, pero que podrían mantenerse, con la pandemia se dieron cuenta de que a lo mejor no era una fisura sino una gran grieta y por lo tanto en este momento ya se han desintegrado o parejas que se dieron cuenta de que no quieren estar juntas.

Asimismo, señala que las clases virtuales de los niños, adolescentes también es un cambio y está produciendo muchas tensiones entre ellos, y la tensión o la preocupación se mantienen.

El tema económico también está complicando mucho la situación. Hay personas que han perdido sus trabajos y han tenido que buscar la forma de generar nuevos ingresos, pero esto es una preocupación de todos el tema económico, por lo cual deja a las personas en un estado de vulnerabilidad y en ese estado seguimos.

El ser humano continúa teniendo miedos, que estos a su vez se dividen en reales e imaginarios, que nuevamente desembocan en depresión. (I)