Cameron Douglas, el hijo mayor de Michael Douglas, lleva mucho tiempo alejado de las drogas. Ahora decidió relatar toda su historia en el mundo sustancias prohibidas en un libro autobiográfico titulado 'Long way home' (Largo camino a casa), con el que busca ayudar a otros a "no caer en el infierno".

La publicación tiene una portada en blanco y negro de su época de joven rebelde. Padre e hijo han hablado para People sobre estos momentos. "La vida se convirtió en una sucesión de crisis. Pensé que le perdía", indicó Michael Douglas, que participó en Traffic, una película muy dura sobre el mundo de las drogas.

Michael, Kirk y Cameron Douglas. 

Cameron detalla que de niño su padre lo hacía repartir cigarrillos con cannabis entre los invitados en sus fiestas. "Mi padre me decía: 'oye, lleva esto a tu tío', y yo lo hacía sin darme cuenta hasta años después de lo que realmente había hecho". Agrega que durante su estancia en la mansión de su padre "veía más de lo que se suponía que debía ver: a adultos haciendo las cosas que hacen los adultos que viven vidas excesivas".

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También habla sobre el grupo de megaestrellas que pasaban gran parte de sus días en la casa de la familia, como Jack Nicholson, Pat Riley, Oliver Stone o Danny DeVito.

El matrimonio de Michael y la madre de Cameron, la exmodelo Diandra Luker, fue tumultuoso. Para su 21 cumpleaños, en 1979, Michael organizó una ruidosa fiesta en su casa de Beverly Hills, pese a que la exmodelo tenía amigdalitis. "Papá no canceló la fiesta, y mientras ella estaba enferma en la cama de arriba, él se fue de fiesta abajo con (la banda) Foreigner y otros invitados, casi todos sus amigos. Finalmente, a las 05:00, mamá echó a todos”, escribió Cameron.

El divorcio llegó en el año 2000 tras 23 años de matrimonio. Ella recibió más de 30 millones de dólares. 

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Cameron recuerda que su madre contrató a un camarero para que viviera en su casa y él tuviera una influencia masculina permanente en su vida, durante la ausencia de su padre. El camarero, de origen salvadoreño, se convirtió en la sombra de Cameron durante mucho tiempo, hasta que fue despedido porque encontraron botellas de vodka debajo de su cama. La situación molestó a Cameron, hoy de 40 años, quien empezó a fumar y beber en exceso durante su adolescencia.

Fue expulsado de un colegio a los 16 años; cuando tenía 20 llevaba pistola y traficaba con metanfetaminas para conseguir plata. A los 25 años se inyectaba cocaína hasta tres veces cada hora."Odiaba que las drogas me destruyeran la vida, pero no era capaz de pararlo", asegura. (I)