El grupo mexicano Maná se reencontró el pasado domingo con el Festival de Viña del Mar, en la inauguración de la 54ª edición del certamen, una década después de su última participación. Una hora y media estaba anunciada para el concierto de los mexicanos, aunque ellos habían prometido que los tendría que sacar la policía. No fue así, pero la hora y cincuenta y cinco minutos que duró el espectáculo sirvieron para revivir viejas y satisfactorias experiencias.

El ‘monstruo’, sobrenombre con el que se conoce al público de la Quinta Vergara, por su pasado devorador de artistas, esperaba impaciente el comienzo del ‘festival de los festivales’ de manos de uno de sus grupos preferidos.

Entre innumerables pancartas, decenas de banderas y sombreros mexicanos, se podía leer: “Fher, eres mi amor clandestino”, un juego entre el nombre del vocalista y una de las canciones de la formación.

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Como si de un antiguo romance se tratara, un ‘monstruo’ y unos desaliñados integrantes de Maná se volvieron a ver las caras demasiado tiempo después. Tras la larga ausencia, Oye mi amor fue su primer contacto, seguido de unas palabras de añoranza por parte de Fher, uno de los fundadores de la banda.

“Ya los extrañábamos mucho. Hace diez años venimos y nos lo pasamos espectacular. Esta noche nos lo vamos a pasar aún mejor”, dijo ante las 15.000 almas que llenaban el anfiteatro. La armonía entre Maná, que en polinesio significa “energía positiva”, y el entregado público fue de los Pies a cabeza a la esperanza de Lluvia al corazón. Uno de los grupos más influyentes en la historia del rock latino deleitó a la multitud con temas que los fieles al festival no habían podido disfrutar en directo, como El verdadero amor perdona, de hace dos años, o Bendita tu luz, del 2006.

Los mexicanos dejaron de lado por una vez el tequila de sus tierras por un “buen vino chileno”. “Salud, ya los extrañaba”, repitió Fher, mientras bebía una copa. Antes de que el espectáculo llegara a la mitad, la unión no decaía, todo lo contrario, y justo después del amor de Mariposa traicionera y a petición del ‘monstruo’, la formación mexicana fue galardonada con la Antorcha de Plata.

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Palmas, redobles de batería y fuego precedieron a Clavado en un bar, con la que los presentes bailaron, vibraron y movieron las manos, desde los que no habían nacido en su última visita hasta los que escuchaban sus primeras canciones a finales de los ochenta.

Los integrantes de Maná subieron a una fan de la banda al escenario, pero al ser santiaguina se vieron en la obligación de llamar a una fanática local, las cuales disfrutaron junto a sus ídolos de Tú eres mi religión. Fher anunció: “Esta canción se canta en las cantinas mexicanas”. Y no dio tiempo a que empezara a interpretarla porque el público se adelantó con la letra de Se me olvidó otra vez.

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En la década del noventa, la armónica fue una de las señas de identidad de Maná gracias a Vivir sin aire, que interpretaron por primera vez en tierras australes en su gira de 1993.

Maná siguió con los guiños y con una camiseta de la selección chilena a los hombros tocaron En el muelle de San Blas, y Fher presentó a sus compañeros, incluyendo a Álex en la batería, quien cumplía años este domingo.

La ecuación perfecta parecía redondearse musicalmente con Rayando el sol, coreada y cantada por el ‘monstruo’. Los mexicanos lanzaron una alabanza al pueblo de Chile, “porque Latinoamérica sufre de muchas cosas”, una de las peores es “la corrupción” y Chile “es el menos corrupto” de la región.

Con las luces apagadas, a petición de Maná, el público se movió al son de la música en una Quinta Vergara iluminada con la luz de los móviles, como en décadas pasadas se hiciera con antorchas. Antorcha, en este caso de oro, además de la Gaviota de Plata y de Oro fue lo que también recibieron los mexicanos, que finalizaron su participación con Labios compartidos, Corazón espinado y Cómo te deseo.

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Datos

El dúo venezolano Chino & Nacho (foto) consagró, el pasado domingo, los ritmos bailables y urbanos fusionados con toques pop y tropicales, como una de las recetas supremas del Festival de Viña del Mar.

Su espectáculo de música, imágenes y coreografías duró apenas una hora.

El trío juvenil estadounidense Jonas Brothers, que se presenta hoy, y la megaestrella del pop británico Elton John, que actuará el jueves, son las mayores atracciones del festival.

El reggaetonero puertorriqueño Daddy Yankee tenía previsto actuar anoche, en lo que sería su tercera vez en esta cita artística. El certamen cerrará el viernes, con Wisin y Yandel.