Millvina Dean, la última superviviente del naufragio del Titanic en 1912, falleció este domingo a los 97 años en una residencia privada en Inglaterra, anunciaron los medios de comunicación.

Elizabeth Gladys Dean, conocida por su amigos como Millvina, tenía sólo nueve semanas de edad cuando el Titanic se hundió tras chocar contra una iceberg en el océano Atlántico durante la noche del 14 de abril de 1912.

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Sobrevivió tras ser colocada en una bolsa y puesta en un lugar seguro. Su madre, Georgette Eva, y hermano Bertram también se salvaron, pero su padre, Bertram Frank, fue uno de los 1.500 fallecidos.

Dean murió en una residencia privada para mayores cerca de Ashurst en el condado de de Hampshire (sur), según la BBC y la agencia británica Press Association. El personal de la residencia no quiso comentar la noticia.

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La familia de Dean embarcó en el Titanic en Southampton, para poner rumbo hacia una nueva vida en Kansas donde su padre esperaba poder abrir una tabacalera.

Nacida el 12 de febrero de 1912, Dean era la pasajera más joven. En aquel momento, el Titanic era el transatlántico más lujoso, técnicamente más avanzado y más grande del mundo.

Sin embargo, tardó dos horas y 40 minutos en desaparecer en las aguas heladas del Atlántico tras chocar contra un iceberg a las 23H40 del 14 de abril.

Dean volvió a Southampton con su familia tras el desastre y no supo que había estado a bordo hasta que tuvo ocho años y que su madre se volvió a casar.

Según la página de Internet Encyclopedia Titanica (ET), Dean trabajó para el gobierno como cartógrafa durante la segunda guerra mundial y luego para una empresa de ingeniería.

Dijo a los periodistas que cuando se encontraron los restos del transatlántico en 1985 de repente se convirtió en una famosa, participó en varios documentales y empezó a dar entrevistas a los medios de comunicación.

Dean fue invitada en 1997 a finalizar su frustrado viaje familiar a Estados Unidos a bordo del Queen Elizabeth 2 y aceptó, aunque rechazó una acudir a la presentación de la película "Titanic", al considerar que sería demasiado difícil.

Se mudó a una residencia para mayores privada en Hampshire tras romperse la cadera hace tres años y tuvo que vender parte de sus recuerdos para poder pagar las facturas.

Dean también tuvo que vender una maleta centenaria llena de ropa donada a su familia por habitantes de Nueva York cuando llegaron tras ser rescatados.