Por más buena voluntad que tenga el gobernador, eminencia en conocimientos e investigación de ciencias económicas, elaborar una antología de poemas guayaquileños tendrá por resultado algo múltiple en fallas.

Antología de Poesía Guayaquileña desde la Colonia tiene fecha octubre 2008.

Gobernador era el Econ. Leonardo Vicuña Izquierdo.

Con su foto y su redacción indica que evocando la independencia de Guayaquil, el libro fue “elaborado conjuntamente con la Subsecretaría del Ministerio de Cultura”.

Entonces, ambos organismos estatales se responsabilizaban de enormes debilidades de la publicación.

Al circular el libro también tienen que circular los comentarios. Profesores como el Dr. Rodrigo Pesántez Rodas han abierto la puerta del debate. Gracias al poeta, antólogo y educador conozco estas 120 páginas.

Ante la catarata de errores tenemos que destacar con firmeza que en publicaciones literarias sujetas al juicio futuro, la autoridad no es la política. Ni la intervención estatal. Son la Casa de la Cultura y, paralela a ella, la Universidad en pleno ejercicio de sus autonomías.

Al tratarse de poesía guayaquileña en su excelencia antológica choca la omisión de Ernesto Noboa Caamaño, J. A. Falconí Villagómez, Alejandro Velasco, Carlos Altamirano Sánchez, Jorge Torres Castillo (recordar su antológico El Misal y la Serpiente), Jaime Vega, Eduardo Morán Núñez, Martín Torres, Carlos Aráuz, Gastón Hidalgo, Wasgord, David Ayauca, Gonzalo Espinel, Cristóbal Garcés, Édgar Ramírez, César y Voltaire Maquilón, Zaida Letty Castillo, Pablo H. Vela, Francisco Pérez Febres Cordero, Jorge Pincay, Henry Kronfle, Virgilio Macías, Víctor Mota.

Considerando que la idea de poesía guayaquileña debe incluir a autores de otras ciudades pero nutridos con raíces porteñas, este libro selecciona a Aurora Estrada de Ramírez. Pero en su identificación se omite su lugar de nacimiento. Más tarde o temprano quien quiera documentarse buscando los valores antológicos tropezará con una pésima redacción.

Aurora Estrada aparece como existente en el 2008: “desde muy joven vive en Guayaquil... Colabora en revistas literarias. Es profesora y estudia literatura en la Universidad... se dedica a la cátedra.

Si la antología selecciona a Adalberto Ortiz, Carlos Eduardo Jaramillo o Juan B. Aguirre..., ¿por qué no muestra a Arturo Santos Ditto, Rodrigo Pesántez, Hugo Salazar, Jorge Astudillo, César Borja, Miguel y Julio Romero Vicuña (excepcional poeta, brillante autor de la antología erótica del Ecuador Del Solar de Eros)? Y ¿no pudo encontrarse lo antológico de Isabel Ramírez, Carmen Vásconez, Margoth Reyna, Violeta de Orrantia y María Eugenia Puig?

Otro autor a quien este libro resucita, porque estoy seguro que falleció es David Ledesma. Se publica que “integra el Club 7... Colabora con Ileana Espinel...”.

Más de cien años le dan a Sergio Román. Es director de Teatro en 1916. Es “profesor en mérito de la Escuela de Ciencias de la Educación”. Pregunto ¿no será profesor emérito o jubilado?

Aparecen mal copiados versos de Olmedo, Silva, Aurora Estrada y Wenceslao Pareja.

El Gobierno descuidó documentarse con Lírica Ecuatoriana (Círculo de Lectores) de Hernán Rodríguez Castello; Antología del Grupo América; y poetas-periodistas guayaquileños por Josefina Egas Montalvo. También la colección de Poesía Ecuatoriana del núcleo del Guayas de la Casa de la Cultura, presidencia de Rafael Díaz Ycaza.

De haber trabajado con estas bases en la Gobernación del Guayas y el Ministerio de Cultura, no habría pateado tan chueco este libraco de sello gubernamental.