LLAMADO MAZZINGER O ULTRASIETE EN EL ARGOT POPULAR, EL MONUMENTO AL HÉROE INDÍGENA ECUATORIANO ESTÁ EN LA ZONA DIPLOMÁTICA DE LA CAPITAL PERUANA.
UNA ESTATUA del héroe indígena ecuatoriano Rumiñahui, realizada por Oswaldo Guayasamín y ubicada en el residencial distrito de San Isidro, es objeto de la curiosidad y atención de los limeños.
Publicidad
Aunque muchos de quienes viven en la capital desconocen en honor de quién fue elaborada, quién fue Rumiñahui e incluso no han oído nombrar a Guayasamín, la estructura metálica y el estilo particular del maestro quiteño ha hecho que muchos, humorísticamente, denominen al monumento como “mazzinger” o “ultrasiete”, al considerar que hay un parecido con ambos héroes de anime japonés, de distintas generaciones.
“Quienes lo conocen por ambos nombres son los taxistas limeños”, afirma riendo Santiago Cárdenas, empleado de la Embajada de Ecuador en Lima, quien ratifica que en el argot popular son usuales ambos nombres para la estatua del héroe indígena.
Publicidad
En efecto, al preguntar a Rodolfo Hidalgo, taxista de 41 años, oriundo de Piura si conoce el monumento a Rumiñahui, desconcertado afirma que ignora dónde está, pero al pedirle que se dirija al ultrasiete reacciona: “¡Ah ultrasiete!”, afirma, “esa estatua está en San Isidro” y llega al lugar sin ningún problema.
Sin embargo, admite no saber de quién se trata y que no conoce el papel histórico que representó Rumiñahui en la resistencia indígena contra los españoles ni tampoco a Oswaldo Guayasamín.
La estatua fue donada al distrito de San Isidro por Guayasamín antes de su muerte, ocurrida en 1999, y la inauguró el ex presidente del Ecuador Gustavo Noboa Bejarano el 9 de junio del 2000, en presencia del alcalde de San Isidro, Gastón Barua, y del entonces embajador Horacio Sevilla.
Está en un parterre de la avenida Javier Prado en la intersección con la calle Palmeras, a una cuadra de la Embajada del Ecuador, y muestra al héroe indio con los brazos hacia el cielo, en gesto de rebeldía.
En una parada de buses cerca a la estatua, Miguel Meza, ingeniero eléctrico de 32 años, afirma saber que es una obra de Guayasamín, cuyo trabajo conoce porque “hace algunos años hicieron una exposición en el Museo de la Nación y me regalaron tres reproducciones de la Edad de la Ira.
Sin embargo, no sabía quién fue Rumiñahui y tampoco que lo denominaban “ultrasiete”.
“Lo quieren bastante, la municipalidad lo baña y limpia cada quince días. Está bien cuidado”, señala la dueña de un quiosco de diarios, quien leyó en la placa que era Rumiñahui y que, sin disimular una gran risa, señala que no sabe “si es hombre o mujer”.