“Todas las mujeres quieren ser brujas” dice en una de sus inesperadas apariciones el papá de la protagonista en la nueva versión de La Hechizada (Bewitched) que se estrena hoy. Yo añadiría: “Para hacer desaparecer películas aburridas”. Interpretados por Michael Caine y Nicole Kidman con un estilo peculiar que caracteriza a estos magníficos actores, uno quisiera poder divertirse con ellos, pero no es así. El problema es que todo lo que se dice en esta letárgica comedia sin risas, no transmite nada de la ingenua efervescencia que uno recuerda en la serie de televisión.