El comediante mexicano visita Guayaquil para presentar El circo del profesor Jirafales, que desde el pasado viernes ofrece funciones.

De aquella delgada figura y negra cabellera no quedan rastros, pero su estatura se conserva (1,95) y su sonrisa carismática hace rememorar a cualquiera a aquel profesor de apellido Jirafales que impartía clases en la escuela de la vecindad del Chavo en las décadas del 60 y 70.