Tempestuoso, volátil, depresivo, genial. Así era Frank Sinatra, la Voz, un ícono del siglo XX, que estuvo en España entre 1950 y 1964, la primera vez persiguiendo a Ava Gardner por ventas y tablados, en visitas que acabaron mal, porque tuvo que dejar el país acusado de “desacato a la autoridad”.