Ronald tiene 40 años, vive en la cooperativa 16 de Octubre, donde hace una semana asesinaron a varias personas. Labora en un empresa de la vía Durán-Tambo. Ingresa a las 06:00 a trabajar, por lo que sale cuando aún no amanece.

Dice que cada mañana se persigna y se despide de su familia. “No sé si voy a volver”, expresa y se disculpa por “sonar un poco dramático”, pero comenta que una vecina fue alcanzada por un tiro cuando dentro de su casa lavaba la ropa.

Eso lo ha afectado, le mostró lo frágil que es la vida y lo expuesto que está.

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Al día siguiente, el mismo sitio, mataron a otro hombre, recuerda Ronald, y varios niños del barrio seguían jugando a un par de metros del cadáver mientras los policías tomaban procedimiento, describe preocupado por la situación porque sus hijos se están criando ahí.

Durán, cantón vecino a Guayaquil, vive en zozobra constante. Las balaceras y las muertes violentas tienen en sobresalto a los moradores de esta urbe que, según el último censo, tiene 303.910 habitantes.

Los habitantes caminan algo desconfiados, mirando a todos lados, como si estuvieron alerta a lo que pasa en los alrededores.

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Aunque el año empezó con relativa normalidad en cuanto a criminalidad en Durán, hace cuatro meses un repunte de violencia en esa localidad de Guayas ha causado una serie de ataques que han dejado desde junio unas 170 muertes violentas. Van 230 asesinatos en lo que va del 2023, en la octava ciudad más grande del país.

Ese índice la ubica como el tercer distrito más violento de doce que tiene la Zona 8, integrada a más de Durán por Guayaquil y Samborondón. Entre estas tres ciudades sumaron 2.023 homicidios a la fecha indicada, y por eso en el cantón ferroviario se han intensificado los patrullajes con 500 soldados e igual número de policías que recorren esta localidad.

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En la última semana, 71 personas han sido detenidas en Durán, se liberó a 7 secuestrados y se decomisaron 30 armas

“Todos los días matan a alguien en Durán”, asegura Selena, quien atiende un negocio en la quinta etapa de El Recreo.

Ella cuenta que en esa localidad muchos han empezado a migrar fuera del país o a otras ciudades precisamente por la situación de inseguridad y por la incertidumbre de ser la próximo víctima colateral.

En Durán se teje la idea de que toda esta ola de violencia está ligada a la disputa que hay entre Chone Killer y Latin King, las dos bandas fuertes que operan en ese cantón.

Durante esta última semana, ante el refuerzo de los controles, la situación parece que se ha contendio. El lunes de esta semana se reportó una reducción de asesinatos, de 33 a 6, en siete días.

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El sector de la ciudadela Abel Gilbert, cerca del Municipio local, es uno de los barrios que se está quedando vacíos. En un recorrido por la avenida principal se puede contar al menos 17 locales cerrados con anuncios de Se alquila. Hay también unas trece casas en venta.

Tras un recorrido por la calle principal de la ciudadela Abel Gilbert se constató 13 casas en venta y 17 en alquiler Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: El Universo

“Todos se están yendo”, comenta Patricia, quien vende jugos en una esquina. Con una mesa, una sombrilla y un extractor se gana unos 15 dólares diarios. No se atreve a alquilar un local porque teme que le lleguen los vacunadores, como les ha pasado a la mayoría.

Y es que solo entre el martes 27 de septiembre y el lunes 1 de octubre en Durán se registraron ocho artefactos explosivos ligados a extorsiones, según datos policiales.

“Los negocios están cerrando en todos los barrios por las vacunas. Hay puertas enrollables cerradas donde antes funcionaban tiendas, peluquerías, bazares, heladerías y farmacias que se quedaban hasta las 00:00, pero ahora aquí a partir de las 17:00 todo se cierra porque la gente se encierra en su casa, porque tenemos miedo de estar en la calle cuando empiecen a matarse”, dice Leydi, quien este martes hacía trámites en el Municipio de Durán en compañía de su sobrino.

La mujer vive en la avenida Abel Gilbert, cerca del puente de la Unidad Nacional, y cuenta que su vecino, dueño de una carnicería, fue secuestrado hace un mes. Ella asegura que la familia prefirió pagar cerca de 20.000 dólares para liberarlo.

Leydi dice que los vecinos no denunciaron el caso por temor a que maten a la víctima.

El dueño de una tienda de Durán fue secuestrado este domingo 24

Hace dos semanas en Durán también se llevaron al dueño de una tienda de la ciudadela San Gabriel y este fin de semana a una comerciante del sector La Herradura, que fue rescatada minutos después de ser raptada en medio de una persecución policial.

Solo en la última semana la Policía ha liberado a seis personas secuestradas en el cantón Durán y siguen trabajando en otros casos.

Esta situación ha afectado también al comercio, hace dos semanas un sicariato en uno de los principales mercados de Duran causó que el Municipio decidiera modificar el horario de atención en estos centros de abastos. Ahora solo abren hasta las 14:00 y una sola puerta está habilitada.

Héctor, un pescador que vive en la cooperativa Colinas del Valle, frente a La Primavera, va casa por casa ofreciendo algunos productos a sus vecinos. Este martes ofrecía bagres por $3. Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: El Universo

Hay quienes por esta situación prefieren ya no salir a comprar. Por eso, Héctor, un pescador que vive en la cooperativa Colinas del Valle, frente a La Primavera, va casa por casa ofreciendo algunos productos a sus vecinos. Este martes ofrecía bagres por $ 3. Lupe le compró una pieza y él siguió su camino.

Incluso la transportación ha sido afectada por esta situación de inseguridad en Durán. Aunque la terminal terrestre funciona normalmente, taxistas y cooperativas de buses ya no se extienden como antes hasta altas horas de la noche.

Augusto, quien trabaja en un cooperativa de taxista afuera del centro comercial de la avenida Nicolás Lapentti, señala que solo labora hasta las 17:00 y que hay sectores a los que no entra.

Violencia criminal cambia la rutina en Durán en medio del esfuerzo por contener el desangre en las calles que resulta insuficiente

“A Los Helechos yo no voy y a las cooperativas que están acá atrás tampoco me meto, no puedo exponerme tanto”, señala el chofer de unos 50 años, que agrega que nunca pensó vivir una situación así.

Él cuenta que a un compañero suyo le robaron el carro hace un par de semanas luego que cuatro hombres en dos motos le cerraran el paso y lo apuntaran con armas. Fue en la segundo etapa de El Recreo y milagrosamente un familiar suyo reconoció el carro afuera de un estacionamiento de la quinta etapa al día siguiente.

“Creemos que los delincuentes lo iban a llamar para pedirle plata para devolverle el carro, pero lo hallaron antes porque se pusieron a recorrer todo el sector”, manifiesta el conductor. (I)