Tomar la decisión de candidatizarse a la Presidencia para el exvicepresidente Otto Sonnenholzner no fue fácil, pero asegura que lo hizo porque el país necesita de personas que actúen ante la crisis que se vive y no que aparezcan recién en el 2025. Dice que es necesario dejar de dividirse por ideologías y empezar a unirse por objetivos para atender las tantas necesidades que tienen los ecuatorianos. Su proyecto abarca combatir la inseguridad desde varios frentes poniendo en práctica su experiencia en el manejo del Estado.
¿Qué lo motiva a buscar la Presidencia en esta elección atípica y con tan poco tiempo para gobernar?
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Creo que no hay tiempo que perder, que es una situación compleja y que quienes sabemos que tenemos la capacidad, la decencia y la experiencia para ayudar al país a resolver esta crisis, devolver la paz a los ecuatorianos, estamos en la obligación de actuar y en ese sentido tomamos esta decisión, que no es fácil, pero es necesaria.
¿Por qué no buscó candidatizarse en 2021 o mejor esperar para el 2025?
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Porque nunca dije que iba a ser candidato en el 2021. Yo estaba dedicado en el Ejecutivo a atender una pandemia que fue inclemente, sobre todo con Guayaquil, y luego me dediqué, volví a mi trabajo y trabajé en función de buscar la unidad para el país, y trabajé en las cosas a las que siempre me he dedicado, también en temas sociales. Me he estado preparando, he estado construyendo un proyecto para el país, originalmente pensado en el 2025, las circunstancias nos obligaron a presentar el proyecto ahora, bajo la lógica de que las familias del Ecuador lo están pasando mal y no hay tiempo que perder. No nos podemos dar el lujo de decir en 16 meses vamos a asomar a ver cómo están las cosas.
El proyecto que estaba haciendo para 2025, pensado para cuatro años, ¿cómo lo adaptó para pocos meses?
Haciendo las cosas bien pueden ser 18 meses más cuatro años y no enfocados en mí. Esto no es un proyecto personal ni de partidos, sino enfocado en quien tenga la capacidad de impulsar esas ideas y ponerlas por delante de los objetivos personales, las vanidades y los proyectos de partido... lo ideal sería poder estar en circunstancias normales, pero por desgracia son los asambleístas y el Gobierno los que nos han traído a esta situación, no nos podemos quedar de brazos cruzados esperando el momento ideal.
Al hablar de tener estos pocos meses, pero pensar que pueden ser otros cuatro años más, ¿no tendríamos un presidente candidato que trabajará esos meses para ser reelecto?
Yo voy a hacer lo que siempre he hecho, no enfocarme en las broncas, no enfocarme en las peleas de los políticos, dedicarme a resolver problemas de la gente, que los hay y muchos y muy graves. Y bajo esa lógica convocaré a todos a trabajar juntos, si es que las circunstancias de hacer un buen trabajo permiten que ese proyecto continúe, enhorabuena. Si es que los esfuerzos que hay que hacer, que pueden significar perder cierto respaldo político y eso afecta la posibilidad de continuar, a mí no me pasa nada, yo lo que necesito es siempre tener la satisfacción de haber hecho lo correcto.
¿Considera que para esta elección la derecha irá fragmentada?
Yo no me identifico con ninguna de esas etiquetas, creo que el país tiene que dejar de ir para los lados. Nos hemos ido hacia la izquierda y hacia la derecha toda la vida y lo único que hacemos es quedarnos en el mismo lugar. El país tiene que ir hacia adelante, dejando de dividirnos por ideologías y empezarnos a unir por objetivos, sobre todo cuando tienes tantas necesidades.
Pasando a su plan de trabajo, es un periodo tan corto y no se puede llegar con propuestas irreales, ¿qué propone usted?
Nunca he hablado de esa forma, yo cuido mucho lo que digo porque a diferencia de otros, yo sí sé a lo que voy y entiendo cómo se hacen las cosas. No puedo hablar de más ni prometer cosas, fundamentado quizás en un entusiasmo que nace de la ignorancia. Tengo que decir lo que es, hay que atender el tema de inseguridad, yo veo algunos frentes importantes y voy a mencionar algunos: el primero, necesitamos con urgencia cárceles de máxima seguridad para poner a los delincuentes más peligrosos y poder recuperar la paz en las calles; lo segundo, el control de armas, no se puede seguir así, hay que desarmar a los delincuentes y para esto no se necesitan reformas legales, las Fuerzas Armadas ya tienen la competencia y tienen que ejecutarla con mayor capacidad; el tercero, garantizar la vida y la seguridad de los funcionarios judiciales honestos que están siendo atacados, amenazados o inclusive asesinados, tenemos que llevar adelante una reforma legal para que esos funcionarios puedan despachar por vía telemática desde el extranjero; lo otro es el respaldo a la fuerza pública, que tiene que sentir que la Asamblea y el Ejecutivo están atrás de ellos, que si se va a dar una amnistía como se dio en el 2022, se incluya también a los mismos policías.
¿Y para atender a los otros problemas del país?
Principalmente destinar recursos públicos para recuperar la infraestructura deteriorada que hoy tiene el país: hospitales, escuelas, carreteras. Un gran plan de recuperación de la infraestructura pública deteriorada se puede ejecutar casi de forma inmediata porque no necesitas mayores estudios. Es recuperar lo que está mal y con eso darle empleo a la gente que necesita con urgencia trabajar. En el sector agrícola, la pobreza rural es el doble que la pobreza urbana, es del 70 %, hay que hacer una inversión. Ya tuvimos experiencia con la compra de leche para el desayuno escolar, esa se puede replicar en otros productos... no hay tiempo que perder.
Usted fue el tercer vicepresidente que tuvo el presidente Lenín Moreno, ¿cree que la baja aprobación con la que finalizaron el mandato le puede afectar en su candidatura?
Yo me llamo Otto Sonnenholzner y yo dejé un gobierno en el cual serví no a un individuo, sino a un país en momentos muy difíciles. Revisen la aprobación con la que yo dejé el servicio público... cómo los ciudadanos supieron valorar el esfuerzo que hicimos, cómo la gente todavía en las calles tiene la gentileza de agradecer ese trabajo. Entonces yo respondo por mí, por mis actos y por lo que pude hacer cuando tuve la oportunidad de servir.
En cierto momento se cuestionaba en las redes sus fotografías durante estos momentos y que era un vicepresidente para la foto, ¿cómo piensa manejar esto, quizá buscará cambiar esta idea?
Yo no tengo que cambiar nada, creo que se equivocan al atacarme en esa gestión. Esa es la gestión mejor reconocida, inclusive a nivel regional, en materia de la pandemia, que fue muy dura, muy difícil, muy dolorosa, pero ahí estuve. Nunca fallé, en los momentos más difíciles dimos la cara no solo yo, sino miles de personas que estuvieron dispuestas a ir donde nadie quería ir, hacer lo que nadie quería hacer, creo que se equivocan queriendo hacer política de la pandemia, pero no los voy a interrumpir, lo único que hacen es recordarle a la gente quién estuvo haciendo lo que había que hacer.
Varios partidos se han volcado a respaldar su candidatura a la Presidencia e incluso ya vimos a Eduardo Maruri declinar su participación, ¿cómo se dieron estos acercamientos, los esperaba?
El objetivo siempre fue evitar la dispersión, porque los ciudadanos nos merecemos tener propuestas claras. Si de nuevo aparecían 16 candidatos en una campaña tan corta, iba a ser mucho más grave. Los ciudadanos nos merecemos que quienes quieren participar por lo menos hagan el esfuerzo de evitar la dispersión. Esto no es un proyecto de partidos ni de individuos, es un proyecto ciudadano de la gente para la gente y los partidos que se han sumado han venido bajo la única condición, sus agendas personales y partidistas se las guardan.
¿Esta alianza que se formó en torno a su candidatura la veremos también para la Asamblea Nacional o ahí sí cada quien pondrá sus candidatos?
Con la Alianza Actuemos estamos haciendo una lista de asambleístas en donde estamos priorizando encabezamiento de lista por parte de mujeres, pero sobre todo personas que traigan experiencia y causas justas desde lo público y que tengan una participación electoral por primera vez, en su gran mayoría. Si se suman otros partidos en este momento sería solo a la candidatura presidencial, ya no tenemos tiempo para rehacer las listas.
Pasando un poco a lo político, sabemos que esta elección que vamos a tener ahora en agosto es producto de la muerte cruzada, ¿cree que fue la mejor salida que tuvo el presidente Guillermo Lasso?
Considero que era una decisión de última instancia que terminó ocurriendo fruto de la incapacidad, tanto del Legislativo como del Ejecutivo, de unir al país por objetivos. Se centraron en las broncas, en las agendas personales, en las riñas, en las acusaciones, en los intereses partidistas, en los repartos y aquí nos trajeron. Es una crisis política grave, compleja, que no ayuda, no ayuda en la lucha contra los verdaderos problemas que tenemos los ecuatorianos, principalmente la delincuencia.
Quien resulte electo tendrá legitimidad, pero esto no le garantiza gobernabilidad, ¿cómo manejaría esto más aún cuando se conoce que los mismos asambleístas cesados quieren volver?
La única forma de tener gobernabilidad es con gestión, con una buena gestión, y es lo que justamente este Gobierno no ha tenido. Si usted tiene una buena gestión, tiene respaldo ciudadano y va a poder sacar adelante sus planes. Si, por ejemplo, en los temas de seguridad que he hablado se necesitan hacer reformas... y si se van a comportar de forma irresponsable, tendrán máximo 45 o 60 días y mandamos una consulta popular. Si el Gobierno sabe lo que va a hacer y tiene el respaldo ciudadano, la Asamblea tiene que alinearse y si no van a estarlo, será el periodo más corto de la historia.
Usted ya tiene experiencia en la administración pública, ¿entonces esto le da ventaja sobre los otros candidatos?
No hay tiempo para llegar a aprender ni llegar a preguntar, inclusive la persona que he escogido (para formar binomio) es alguien con experiencia en administración pública. Son circunstancias especiales, extraordinarias, tiempos cortos y urgencias tremendas. Entonces esa es la lógica y evidentemente la experiencia de la buena, porque también hay quienes dicen tengo experiencia, sí, pero haciendo lo que no hay que hacer.
¿Cómo fue la elección de su compañera de fórmula?, ¿contemplaba poner a una mujer desde antes de la sentencia del Tribunal Contencioso o era otra persona?
Por supuesto, porque la reforma al Código de la Democracia es fruto del acuerdo nacional que nosotros lideramos, tenía que ser yo quien predique con el ejemplo. Érika nunca ha sido parte de un proyecto político, es alguien con quien vengo trabajando en la Universidad de Harvard, donde estábamos ambos, en este proyecto sobre todo en dos temas deseo que ella lidere por su experiencia: la consecución de fondos para la conservación ambiental, porque el país va a una consulta en donde estamos tomando decisiones respecto a renunciar a recursos en materia de explotación minera y petrolera y en la unificación de compras públicas para acortar la corrupción y reducir los costos en sectores como salud, educación, pero en general en todo, ella viene diez años dedicándose a esto en Naciones Unidas.
Ahora pasemos a la campaña, ¿cómo manejará la complejidad de su apellido?
Yo me llamo Otto y si me quieren decir salsa choke, Sauces nueve, Head & Shoulders, ¿qué más me han dicho? salchipapa, como ustedes quieran. El día que me presenté ante los ecuatorianos lo hice como Otto y entiendo que mi apellido es complicado, he tenido que lidiar con eso toda mi vida... pero si quieren me dicen Otto, que a mí no me pasa nada. (I)