El haber abandonado la exministra de Transporte y Obras Públicas del correísmo, María de los Ángeles Duarte, la residencia de la Embajada de Argentina, en Quito, significaría una “tácita ruptura” del asilo diplomático que otorgó Argentina en diciembre del año pasado, ante la solicitud de la exfuncionaria pública que mantiene una sentencia en firme de ocho años cárcel por el delito de cohecho, parte del caso Sobornos 2012-2016.