El secretario de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) y arzobispo auxiliar de Quito, monseñor David De la Torre, hace una breve evaluación de lo que fueron los 90 días de diálogo, de los que la institución fue la ‘garante’, y por qué han decidido concluir su tarea de acompañamiento. En medio de una apretada agenda de reuniones con las autoridades de la Iglesia católica, a propósito de estas reuniones y la preparación del Congreso Eucarístico del 2024 en el que se prevé la visita del papa Francisco a Quito, abrió un espacio para explicar por qué no acompañarán el trabajo de la Comisión de Seguimiento y Evaluación de los 218 acuerdos a los que llegaron la administración del presidente Guillermo Lasso y los líderes del Consejo de Pueblos y Organizaciones Indígenas Evangélicos del Ecuador (Feine), de la Confederación Nacional de Organizaciones Campesinas, Indígenas y Negras (Fenocin) y de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). Estas tres agrupaciones protagonizaron en junio pasado violentas manifestaciones que se extendieron por 18 días. Con la firma del Acta de la paz, De la Torre se convirtió en ese ‘nexo’ entre las partes para avanzar en las conversaciones en las denominadas diez mesas técnicas. Él cree que un nuevo llamado a protestar (como lo hizo el líder de la Fenocin, Gary Espinoza, hace pocos días) parecería no tener eco en la Conaie y la Feine. En ese sentido, espera que el presidente Lasso cumpla con los compromisos y los colectivos asuman también su responsabilidad de mantener la paz.