Para Marcelo Lasso Saavedra, quien asegura que fue el hombre de confianza del narcotraficante Leandro Norero durante los cinco meses que se mantuvo en el Centro de Privación de la Libertad (CPL) de Cotopaxi, la entonces integrante de la Comisión de Pacificación de las Cárceles, la colombiana Claudia Garzón, procesada en el caso Metástasis, era una persona de una “moral bastante flexible” que fue el nexo entre Norero y el director del Servicio Nacional de Atención a Personas privadas de la Libertad (SNAI), Pablo Ramírez, e incluso mantuvo una “relación” con el narcotraficante al que se conocía con el alias de el Patrón.