Alfredo Serrano Valladares ocupa por séptima vez una curul en el Parlamento de Ecuador. El legislador electo por el Partido Social Cristiano (PSC) señala que los cuatro representantes de la agrupación votarán por el candidato a la Presidencia de la Asamblea que ponga la bancada del movimiento gobiernista Acción Democrática Nacional (ADN) y que esperan que, a su vez, esta les reconozca espacios en el Consejo de Administración Legislativa (CAL) y en las comisiones especializadas. Adelanta que no le harán oposición al presidente Daniel Noboa porque el país necesita tranquilidad y, sobre todo, gobernabilidad.
A usted le corresponde ser secretario de la mesa inaugural de la Asamblea, ¿ha habido ya algún acercamiento con Annabella Azín, que será la directora, para definir detalles?
No, ninguno todavía. Y debo entender que es porque estamos esperando la entrega de credenciales. Generalmente la secretaría de la Asamblea en funciones es la que suele convocar a reuniones a las personas que les corresponde dirigir la primera sesión del nuevo periodo. Pero lo hace una vez que ya tengamos las credenciales y, de lo que tengo entendido, el CNE empezará a hacerlo en estos días.
En esa primera sesión se eligen autoridades de la Asamblea y se supone que ya deberían llegar con acuerdos previos. En el caso del PSC, ¿ya han iniciado diálogos con otros partidos para armar las mayorías para designar el CAL y las comisiones?
No hemos tenido acercamientos con el Gobierno. Personalmente he dicho, porque esa es la posición del partido, que a ellos obviamente les corresponde dirigir la Asamblea. Yo creo que se han ganado ese derecho en las urnas y eso implica que deberían liderar este proceso de tratar al menos de unificar a la mayor cantidad de asambleístas para que la elección de las dignidades de la Asamblea sea más legítima. También hemos decidido que no haremos oposición al Gobierno. Yo creo que hoy más que nunca el país necesita tranquilidad y el Gobierno necesita gobernabilidad, que respaldemos las iniciativas que sean positivas para el país. Y eso no nos convierte en gobiernistas. Lamentablemente, hay esta dualidad de que cuando usted discrepa con el Gobierno automáticamente lo etiquetan de correísta, y cuando usted coincide con aquel, lo etiquetan de anticorreísta. Esta es una de las primeras barreras que hay que superar. No existen solo dos extremos en el país, el correísmo y el anticorreísmo. (...) Por lo pronto, estamos dispuestos a ser parte de una mayoría para estructurar la Asamblea, o sea, específicamente para ese tema. No vamos a ser parte de ninguna mayoría gobiernista ni de oposición.
¿No se ha pensado, entonces, en un acuerdo como el que se dio en el 2023 que no solo fue para designar autoridades sino también para darle apoyo a Noboa en sus leyes urgentes y en la consulta?
Es que hasta ahora no hay ninguna agenda. No sabemos qué va a proponer el Gobierno; por lo tanto no podemos adelantarnos. No sé, se habla de una reforma tributaria; si ello implica un incremento de impuestos, la posición del PSC será la tradicional: oponernos.
Pero ya se sabe más o menos qué hará Noboa, está en su plan de gobierno.
Sí, pero es difícil pensar en eso desde la primera estructuración de la Asamblea, donde deben coincidir más de 77 voluntades, que ningún partido las tiene. Y eso debe entenderlo también el Gobierno, que nadie tiene mayoría y que por lo tanto tiene que sumar voluntades, al menos para ese fin (la directiva de la Asamblea). Nosotros queremos estar, vamos a estar ahí, votando por el candidato a la presidencia que ADN decida poner, y estructurando las comisiones con la mayor pluralidad posible.
¿Y aspiran a tener un puesto en el CAL?
Claro, nosotros aspiramos a estar en alguna vocalía. (...) La próxima semana, los cuatro legisladores haremos (la lista) de nuestras aspiraciones. Al parecer el disfrute y el chuchaqui del triunfo todavía continúa, y no ha habido con quien conversar sobre este tema en el Gobierno.
¿En qué comisiones les gustaría estar?
Nos gustaría estar en comisiones que nos parecen importantes para cumplir con los compromisos que adquirimos con el pueblo en la campaña; por ejemplo la económica, la tributaria, la de justicia.
¿Cuáles son las líneas rojas que tiene el PSC para formar parte de una mayoría con el Gobierno?
A ver, no, no queremos ser mayoría con nadie; es decir, la mayoría sería solamente para armar la Asamblea, nada más. Luego vendrán los proyectos de ley o decisiones de carácter político que tendrá que tomar la Asamblea, y eso implica conversar con los 151 legisladores. A mí me encantaría que en este proceso de estructuración de la Asamblea se concrete una mayoría lo más amplia posible para que le dé mayor legitimidad a las autoridades, y no sean elegidos con apenas 77 votos. Eso ayuda, sin duda alguna, en el proceso de gobernabilidad. El Gobierno ha hecho un llamado a la unidad, a la concertación, que nosotros aceptamos. Nos parece que ya no es momento de la confrontación. Los problemas del país son muy graves y esto amerita que la primera función del Estado se sume en esta minga para resolverlos.
La agenda del PSC cambió porque no llegaron a la Presidencia
¿Cuál es la agenda que el PSC lleva a la Asamblea?
Bueno, nuestra agenda cambió. No ganamos la Presidencia de la República y, por lo tanto, ya no podremos proponer el proyecto de ley para bajar impuestos. Pero si llega alguna iniciativa tributaria del presidente Noboa haremos nuestros planteamientos en ese sentido. Vamos a insistir, una vez que se cumpla el año de los vetos del presidente, en la ley para entregarle las rentas oportunamente a los gobiernos seccionales; en la ley para que el Gobierno no le meta la mano a los recursos del IESS; y en el Código Orgánico Agropecuario. Esos tres proyectos son fundamentales para nosotros y deben ser parte de estos procesos de negociación, acuérdese de que para insistir en ellos se necesitan las 2/3 partes de la Asamblea, son 101 legisladores.
¿Y en seguridad?
La mano de hierro contra la delincuencia, que fue nuestro lema de campaña, venía principalmente por la decisión y liderazgo del Gobierno nacional. Leyes contra la delincuencia se han dictado más de diez en este país en los últimos dos años. Tenemos también otros proyectos presentados que no se los incluyó en el que mandó el presidente luego de la consulta y en los que vamos a insistir.
¿Qué opina el PSC de la propuesta de ir a una Constituyente, que fue una oferta de la campaña de Noboa?
Coincidimos en que hay que cambiar la Constitución en determinados aspectos y creemos que hay una herramienta más eficaz, más rápida, cuesta menos y, lo más importante, no crea incertidumbre en el país. Imagínese una Asamblea Constituyente donde prácticamente se va a repetir la misma mayoría que tenemos en la nueva Asamblea. (...) Vamos a tener un Congreso chiquito allí. Y no es que ahí se aprueba la nueva Constitución. Ellos aprueban un borrador que luego tiene que ser consultado al pueblo. Entonces no estamos de acuerdo, no creemos que es el momento. Es riesgoso para el país, que ahora necesita agilidad en la toma de decisiones para combatir los principales problemas.
¿Cuál es esa herramienta más eficaz?
La reforma parcial es la alternativa, doce o quince puntos, los que crea conveniente el presidente de la República, hace una consulta popular y que directamente su resultado se publique en el Registro Oficial con los cambios a la Constitución. Para ello no tenemos que esperar un año, ni crear esta incertidumbre, ni gastarnos $ 300 millones (...). Insisto, si los grandes problemas del país son la inseguridad, el desempleo, la falta de atención a los más necesitados, ¿a quién se le ocurre decir que una Constituyente va a resolverlos?
La peor votación presidencial del PSC
Hablando de los resultados electorales, ¿por qué le fue tan mal al PSC en estas elecciones?
Fue un resultado que no imaginamos. Fue duro. Estos resultados se dieron por la estrategia que que lograron posicionar dos fuerzas políticas de que esto era un problema entre correísmo y anticorreísmo; luego están los errores que nosotros hemos cometido sin duda alguna en el camino. Yo creo que no haber comunicado correctamente estas coincidencias que tuvimos con el correísmo en la Asamblea y haber dejado posicionar esta narrativa de que éramos correístas también tuvo su efecto. Creo que haber dejado la Presidencia de la Asamblea también tuvo un efecto importante en los resultados, porque era indiscutible que Henry Kronfle venía haciendo un gran papel.
¿Y cómo piensan superar este bache?
Tenemos que equivocarnos menos. Tenemos que hacer ajustes internos, en el tema comunicacional, sumar nuevos cuadros... y todo ese proceso lo estamos iniciando ya. Tuvimos un revés político significativo en las seccionales, que creímos haber superado en las elecciones anticipadas del 2023, porque volvimos a sacar 18 legisladores. Pero no fue así. El problema continúa. Haber perdido Guayaquil todavía nos pasa factura. Fue un golpe, tal vez el más fuerte.
¿Y Guayas no?
Guayaquil principalmente, diría yo. En Guayas nunca tuvimos la Prefectura todo el tiempo (...). Y Guayaquil también ha perdido bastante después de las administraciones socialcristianos.
¿Kronfle fue un mal candidato?
No, yo creo que Henry era un buen candidato. Yo creo que hubiera sido un gran presidente de la República. Lamentablemente él también pagó las consecuencias de esta polarización y de los errores que había venido acarreando el PSC y que se hicieron latentes en estas elecciones.
Usted me dice que están en un proceso interno de reestructuración y de buscar nuevos cuadros, ¿pero si vienen la Constituyente y las seccionales tendrán tiempo para esto?
Si hay una Constituyente significa que vamos a estar un año en elecciones permanentes; y esto va a complicar también el proceso de las seccionales, en las que, por cierto, hay una gran ventaja porque ahí no se vota por partidos, sino por las personas en cada una de las provincias, de los cantones, de las parroquias (...) . Esa es otra de las complicaciones que trae la Constituyente, porque no le da oportunidad a los partidos de iniciar un proceso de corrección de errores con mayor profundidad, se hará algo, pero no lo suficiente como para tener éxitos inmediatos.
¿Para recuperar Guayaquil han pensado quizás en hablar con Cynthia Viteri para la candidatura?
Bueno, ella ya fue categórica en sus últimas apariciones públicas diciendo que ya ni siquiera pertenece a Madera de Guerrero y que al PSC no perteneció nunca. Ella salió a marcar la distancia y nosotros lo respetamos. No ha estado en el análisis esa posibilidad, pero sí estamos claros en que tenemos que buscar una persona que logre no solo los votos socialcristianos, sino que sume más votos, y que nos permita lograr este objetivo de volver a recuperar Guayaquil, no para el PSC, sino para los guayaquileños. Lo que está viviendo la ciudad es terrible.
La séptima no es la vencida
Esta es la séptima vez que va a un Parlamento, ¿no se aburre?
Fui cinco veces diputado por Galápagos; en el 2006 fui suplente de Cynthia y me tuve que principalizar porque ella renunció para ser candidata a la Presidencia. Este es el séptimo periodo. A mí me gusta la política, comencemos por ahí; en segundo lugar, me gusta el parlamentarismo, porque es la oportunidad de aprobar leyes para el pueblo ecuatoriano. Yo, por ejemplo, me siento muy orgulloso de dos leyes que marcaron mi vida: la ley especial de Galápagos, yo convertí a Galápagos en lo que es ahora, la reserva marina más grande del país. Y la segunda, las leyes de la dolarización (las Trole 1 y 2). Otro tema que me encantó aprobar y que marca también mi historia es el apoyo que le dimos al presidente Jamil Mahuad para que firme la paz con el Perú.
Pero también usted votó para sacar a tres presidentes: Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez. ¿Se arrepiente de eso?
Ese era un secreto familiar (risas). No, no, nunca me arrepiento, pero tampoco es como para que forme parte de mi biografía de Wikipedia. (...) Realmente eso no es un grato recuerdo para mí.
¿Usted consideró que eran decisiones necesarias para mantener la estabilidad democrática?
En primer lugar fueron decisiones del partido. En el caso de Lucio Gutiérrez, a mí me tocó incluso liderar ese proceso porque era el jefe de de bloque en ese tiempo. Son decisiones políticas que respondían a ese momento, a esa circunstancia. Las personas que hoy hablan del tema tienen que retroceder en el tiempo para entender lo que pasaba. Ahora, si usted me pregunta si hoy haría lo mismo, yo le digo que no categóricamente. (I)