“Las noticias eran terribles, un día se decía que mataron a cincuenta, otro día a 20, otro a 100, mataban en poblados donde el alcalde era de otra ideología y mataban a toda la población, no usaban balas, los mataban a machetazos, a piedrazos, los descuartizaban, para así ir amedrentando a todo el Perú”, así describe Hernán Villacorta, un ciudadano peruano de 64 años, a los recurrentes ataques de Sendero Luminoso, un movimiento terrorista que considera sectario y extremista y que aterrorizó a su país de 1980 al 2000.