Niños de 10 años que no tienen la capacidad de leer y comprender un texto simple o dominio matemático con alto nivel de logro insatisfecho son algunos de los resultados de evaluaciones hechas en investigaciones en el sistema educativo antes de la pandemia en Ecuador, mientras que la brecha de aprendizaje ha aumentado durante la crisis sanitaria.

De acuerdo con un estudio hecho por el Ministerio de Educación en 2021, en una muestra de 2.566 estudiantes de 19 instituciones educativas, 5 de cada 10 alumnos tiene dificultades en resolución de problemas matemáticos, 4 de cada 10 tiene dificultad en comprensión lectora, habilidades que debieron haber sido desarrolladas en niveles anteriores.

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Según esa cartera de Estado, para disminuir el rezago y las brechas educativas se aplica, desde septiembre, el plan focalizado denominado “Aprender a Tiempo”, que contempla nivelación y recuperación de aprendizajes con énfasis en Lengua y Literatura y Matemática. Está dirigido a estudiantes que presentan un nivel bajo de aprendizaje en esas asignaturas.

De 2.000 instituciones educativas invitadas, 1.552 que ya tienen aprobado el retorno a las aulas se inscribieron en ese proyecto, con el requisito de que se aplica en la presencialidad. Son instituciones educativas que presentan nivel de logro de aprendizaje bajo o instituciones reaperturadas.

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El plan tiene una página web https://educacion.gob.ec/aprender-a-tiempo/, guías y lineamientos de implementación, videos, webinar, un calendario de actividades. Habrá además un banco de preguntas o actividades para medir los conocimientos, entre otros recursos.

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Además, como parte del plan “Aprender a Tiempo”, se promueve un currículo con énfasis en lectoescritura, lógica-matemática, socioemocional, prevención al abandono escolar, que aplica para cualquier institución educativa con autonomía.

Algunas de las metodologías son realizar todos los días 30 minutos de lectura en cualquier asignatura, hacer actividades lúdicas y de bioseguridad cada quince días o estar pendientes todos los días de posibles abandonos escolares.

Daniel Crespo, subsecretario de Educación Especializada e Inclusiva del Ministerio de Educación, mencionó que una política de recuperación de aprendizajes debe tener tres elementos: foco porque no todas las instituciones educativas se encuentran en la misma situación, que sea monitoreado y con acompañamiento constante.

No se pueden recuperar los aprendizajes, de todo al mismo tiempo, hay cosas más urgentes y por eso está el foco en lenguaje, matemáticas y lo socioemocional”, dijo, y aclaró que las entidades pueden privilegiar lo que consideren más importante.

Para los docentes ha habido capacitaciones mediante plataformas y luego fortalecidas con visitas pedagógicas en sitios donde la conectividad no es la más óptima.

Para Nelly Miño, exrectora de una institución educativa pública, para realizar una nivelación a los alumnos se deben programar las clases con ejercicios, lecturas, discusiones grupales para reforzar los saberes.

“Si fuera preciso regresar a los temas que ya se trataron y se detecta que el curso lo requiere, se lo hace de manera generalizada; en caso de que solo sea para un grupo reducido hay que tratarlo individualmente”, explicó Miño, quien ve difícil dar atención individualizada.

Ella agregó que el propio docente conoce qué aspectos del currículo académico requieren un tratamiento más profundo. Además de que al profesor se le privilegie el tiempo para labores pedagógicas sin distraerlo en temas administrativos.

En otras entidades de educación que aún mantienen la virtualidad, según una estudiante de primero de bachillerato, les han dado refuerzos de emprendimiento y de matemáticas con ejercicios.

“Cuando ya se acaban las clases hacen refuerzos de alguna clase pasada o para entregar deberes atrasados”, contó la alumna.

A pesar de que se pospuso el retorno a la presencialidad de algunos grupos de estudiantes, la implementación del plan continúa dependiendo de la planificación de regreso que tenga la institución.

“Los aprendizajes se recuperan en presencialidad (...), si no hay presencialidad la brecha aumenta (...), muy a pesar del aprendizaje hay que resguardar también la salud”, sostuvo Crespo, acerca de que la vuelta a las aulas se dejó para febrero del 2022 para ciertos segmentos de alumnos debido al coronavirus y ante la amenaza de la variante ómicron.

Para Claudia Tobar, directora del Instituto de Enseñanza y Aprendizaje de la Universidad San Francisco, es una buena oportunidad para priorizar las destrezas más importantes de lectura y aritmética básica, mas no pretender validar dos años académicos.

“El tratar de presionarlos con una nivelación abrupta en donde tenemos que recuperar todos los contenidos que no se dieron lo que realmente va a hacer es que los estudiantes se decepcionen”, opinó Tobar.

Al momento, más de 11.000 instituciones educativas, un 68 %, siguen con clases presenciales de manera progresiva, lo que representa 1′200.000 alumnos. En el sistema educativo hay unos 4′300.000 estudiantes y 16.290 instituciones.

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La segunda y tercera semana de diciembre, el Ministerio de Educación hará una primera evaluación de aprendizajes tanto al régimen Costa-Galápagos como al de la Sierra-Amazonía, para ver cómo han progresado los estudiantes.

La evaluación se repetirá en febrero en la Costa y en marzo y junio en la Sierra. Se evaluarán aprendizajes estudiantiles y posibles ajustes en el plan que va hasta 2022. (I)