El Municipio de Quito trabaja en un plan que garantice el derecho al trabajo, a la movilidad y a aquellos vendedores que están en locales comerciales.
Según el cabildo se aplicará en tres frentes: centros comerciales populares, mercados y comerciantes autónomos.
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En la capital, hay once centros comerciales populares, entre ellos: Ipiales Sur, San Martín, Nuevo Amanecer, Ipiales Centro, Hermano Miguel, Ipiales Norte, donde se estima hay unos 11.000 espacios.
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Fueron ejecutados en la administración de Paco Moncayo, pero presentan al menos dos inconvenientes para su consolidación: desinterés de algunas personas que venden en las calles por formalizarse y espacios vacíos.
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Édison Carrillo, excoordinador distrital de comercio del Municipio de Quito, señaló que cuando se creó la Agencia de Comercio tenía la facultad de la adjudicación de los espacios en los centros comerciales populares, pero desde 2021 ya no se continuó con esa labor.
“Lamentablemente el Municipio (de Quito) no formalizó la entrega de todos los puestos y por tal razón somos nosotros copropietarios de estos espacios. No tenemos administración. No tenemos nosotros la facultad de sancionar, no existe la posibilidad de hacer un control porque son espacios privados, el momento en que se entrega en propiedad horizontal automáticamente se vuelven un predio privado”, dijo.
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El cabildo construyó esos lugares bajo la modalidad de adjudicación, con lo que dejó de tener competencia y aquellos que aún quedan por adjudicar están a cargo de la oficina de bienes inmuebles o de cada administración zonal. Unos 800 puestos aún estarían por entregar que se ubican en todos los centros comerciales populares.
Carrillo –indicó– que hubo una propuesta para ocupar lugares en el centro comercial Nuevo Amanecer, en el centro de Quito, pero hubo poco interés.
Jefferson Díaz y Patricia Guamaní, quienes tienen locales en centros comerciales populares, coinciden en que la venta ambulante los perjudica porque la gente compra en las calles debido a que dan más baratos los productos e incluso la mujer advierte de la presencia de delincuencia asociada a la comercialización informal.
Criterio contrario fue el de Jade Tonato, quien afirmó que a ella no le perjudica porque comercializa artículos por ofertas.
Rocío Sánchez, presidenta del centro comercial San Martín, en el sector de La Marín, calificó a ese lugar como un cementerio por la inseguridad, la delincuencia y sobre todo por el comercio informal.
“Muchas veces no vendemos ni siquiera para la comida, para un almuerzo, no vendemos, ¿qué nos va a tocar hacer?, salirnos a nuestros puestos que dejamos –la Asociación San Martín– para entrar al centro comercial”, advirtió Sánchez.
El Municipio capitalino estima que unas 370 personas ejercían comercio autónomo no regularizado en el centro histórico, y de ellas solo 250 estaban a favor de ir a un centro de abasto.
El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, se reunió con representantes de la Federación de Trabajadores Autónomos de Pichincha, con quienes acordó establecer mesas de trabajo para buscar –lo que el cabildo llama– respeto al derecho al trabajo, organizar y ordenar la ciudad. (I)