Los incendios forestales que azotan a Quito durante los últimos días han causado devastación tanto en términos económicos como ambientales. Tres emergencias se reportaron en Chilibulo, Nayón y Pifo desde el miércoles 4 de septiembre.
Según Sebastián Pillajo, jefe de la Unidad de Patrimonio Natural de la Secretaría del Ambiente, los ecosistemas afectados tardarán siglos en recuperarse. “Un centímetro de materia orgánica en el suelo se demora 100 años en regenerarse”, explicó y subrayó que cada incendio representa la pérdida de miles de años de trabajo natural.
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Qué hacer para protegerse por humo en zonas de Quito debido a incendios forestales
El impacto en la fauna local ha sido igualmente alarmante. Entre las especies más afectadas se encuentran ciervos, zarigüeyas, conejos, aves como quilicos y colibríes, cuyos hábitats han sido destruidos.
Según el Cuerpo de Bomberos Quito (CBQ), en las quebradas del río Chiche se observó un gran número de lobos y otros animales que han sido forzados a migrar. Los incendios no solo destruyen la vegetación, sino también las madrigueras y nidos que sirven de hogar para muchas especies silvestres.
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Además, la fauna doméstica también ha sufrido. “Hemos rescatado ganado vacuno, ovejas y hasta perros y gatos que estaban atrapados en las zonas afectadas”, señaló Pillajo. Estos animales, esenciales para las comunidades rurales, han visto alterados sus ecosistemas productivos.
Personal del CBQ ha estado en la primera línea de combate de los incendios. Aunque las labores se han intensificado, la situación sigue siendo crítica.
Los incendios en Nayón y Chilibulo han sido controlados, pero no liquidados. Esto significa que las labores de enfriamiento y monitoreo de puntos calientes, que alcanzan temperaturas superiores a los 100 grados centígrados, continúan. El incendio en Itulcachi, por su parte, sigue activo, pero los efectivos mantienen cercados los puntos calientes.
El impacto de estos incendios no se limita solo a la fauna y flora, sino que también ha afectado gravemente a la salud humana y la vida cotidiana de los moradores cercanos.
En Itulcachi, 32.000 pollos murieron por asfixia debido al humo, mientras que seis personas fueron atendidas por complicaciones respiratorias. Además, 20 vacas han perecido a consecuencia de la inhalación de humo, según Carlos Mora, presidente del Comité de Seguridad de Itulcachi.
A pesar de los esfuerzos de los bomberos, algunos han sufrido leves afectaciones. “La exposición a temperaturas extremas y la inhalación de humo han sido los principales problemas que hemos enfrentado”, indicó Landívar, quien también mencionó la importancia de la atención médica constante para su equipo.
A futuro, la Secretaría de Ambiente, en conjunto con el Ministerio del Ambiente, se ha comprometido a implementar un plan de restauración ecológica tan pronto como las lluvias lo permitan.
Este plan incluye actividades de reforestación y el uso de drones para sembrar semillas de plantas nativas en las zonas afectadas. La reforestación no solo implicará la plantación de especies arbustivas y herbáceas, sino que también se cercarán áreas para permitir que la flora y fauna se recuperen de manera natural.
Los incendios forestales en Quito han puesto en evidencia la vulnerabilidad de la ciudad, que está situada en un ecosistema de bosque seco.
Las autoridades locales han resaltado la importancia de proteger el patrimonio natural de la capital no solo para garantizar la estabilidad ecológica, sino también para salvaguardar la salud y el bienestar de sus habitantes.
La situación climatológica, con altas temperaturas y velocidades de viento que superan los 60 kilómetros por hora, ha sido lo que ha propagado estos incendios, que han cobrado vidas animales y vegetales, así como gastos incalculables hasta el momento. (I)