En unas tres semanas, Elizabeth Otavalo, madre de María Belén Bernal, viajaría hacia Colombia y Panamá.
Bernal desapareció en la Escuela Superior de la Policía, en el norte de Quito, el pasado 11 de septiembre y su cuerpo sin vida fue encontrado diez días después en el cerro Casitagua.
La madre de Bernal actualmente está en contacto con organizaciones de derechos humanos y de violencia de ambas naciones para un desplazamiento que se concretaría en los primeros días de enero del 2023.
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“Para una visita directamente a las autoridades gubernamentales a ver qué es lo que pueden ayudar, si podemos agilitar el proceso de búsqueda cuál sería la forma, porque no tengo respuestas acá de la búsqueda de Germán Cáceres”, dijo.
En Ecuador lo que le han manifestado es que el rastreo continúa.
Otavalo se pregunta quién está manteniéndolo a él, pues sostuvo que no puede ser que viva solo o sin recursos.
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Cáceres es el principal sospechoso de la muerte de su esposa, María Belén. Huyó de Ecuador hacia Colombia. Sobre él hay una difusión roja de Interpol para su localización en casi 200 países, pero no se lo ha capturado. Hay una recompensa de hasta $ 20.000. Cáceres fue destituido de la Policía.
Acerca del destino de una vivienda que había sido comprada, esta quedaría impaga y luego se perdería. Esto es porque el 50 % les corresponde a ambos y a pesar de haber huido, él no pierde sus derechos sobre el inmueble.
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El día miércoles se prevé una reunión entre Otavalo y autoridades del Ministerio del Interior y de la Policía Nacional donde se trataría, entre otros, el tema de la casa. La propuesta de la familia de Bernal es que se les entreguen otra vivienda para el hijo de la abogada quiteña.
Otavalo comentó que forma parte del Programa de Víctimas y Testigos de la Fiscalía desde el pasado 20 de septiembre con una custodia permanente, pero ella sostuvo que no se cumplió las 24 horas durante los siete días.
Hace un mes le notificaron de un cambio a semipermanente que incluía movilización. Desde el sábado ya no cuentan con movilización, pero la custodia policial se mantiene.
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A través de una llamada telefónica le manifestaron que ya no va a tener el respaldo de conductores de esa institución, sino que será únicamente cuando tenga procedimientos jurídicos.
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La preocupación de Otavalo se centra en el desplazamiento de su nieto a la escuela, quien también mantiene custodia policial.
“Parece que el Programa de Víctimas y Testigos no valora el que yo me esté enfrentando ante la Policía Nacional y al Estado (...), cuando yo salgo simplemente a hacer compras hay gente que se solidariza y me abraza, pero hay otra que dice ‘no, el Estado te está dando todo’, ‘el Estado te ha dado hasta ya una reparación’, y eso es mentira”, dijo Otavalo. (I)
