Entre abril y mayo, el Gobierno considera que en Ecuador se podría dejar de usar la mascarilla contra el COVID-19, sobre todo en lugares abiertos.
Así lo señaló la ministra de Salud, Ximena Garzón, quien agregó que sería en parques, plazas, restaurantes que estén abiertos, es decir, todo lo que tenga una corriente de aire continua.
Publicidad
Luego, añadió, viendo cómo se va evolucionando con la pandemia, en algún momento, se podría dejar también las mascarillas en lugares cerrados.
De acuerdo con la funcionaria, hay un excelente proceso de vacunación y control de la pandemia.
Publicidad
Indicó que pese al gran brote de COVID-19, los hospitales nunca estuvieron colapsados y las unidades de cuidados intensivos (UCI) ya se han empezado también a descongestionar.
Un análisis del Observatorio Social del Ecuador indica que, en los últimos dos meses, 264.964 personas fueron diagnosticadas de COVID-19; esto a raíz de que se secuenció el primer caso de la variante ómicron. En Ecuador apareció el 14 de diciembre del 2021.
Garzón aspira a que, en un par de semanas, los hospitales y las UCI podrían estar sin pacientes.
“Cuando nosotros monitoreemos que la positividad viral vaya a menos de 5, podremos decir que nuevamente tenemos un control de la pandemia y se ha decidido que, una vez que lleguemos a ese estado, recomendaremos que ya no usemos la mascarilla en los lugares abiertos, sobre todo”, expresó en un evento sobre vacunación a niños de entre tres y cinco años.
El presidente Guillermo Lasso también es optimista.
En una entrevista transmitida por la presidencia de la República, Lasso manifestó que el nivel de contagios desde diciembre del 2021 y las primeras semanas de febrero del 2022 quebró la tendencia dado que se está cerca del 15 % o el 17 % y estimó que, en una semana, probablemente los niveles de contagio estarán en un 5 %.
“Cuando aquello suceda podremos decir ‘vida absolutamente normal en el Ecuador’, más allá de que ya se han relajado muchas de las medidas adoptadas por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional”, agregó.
Capacidad hospitalaria
Tatiana Pozo, coordinadora zonal 9 que corresponde al Distrito Metropolitano de Quito del Ministerio de Salud Pública (MSP), expresó que desde la semana anterior hay una tendencia a la baja en cuanto al porcentaje de ocupación de camas tanto en hospitalización como en terapia intensiva.
Con ello, añadió, se disminuyen las camas COVID en los hospitales Docente de Calderón, en el extremo norte de Quito, y Enrique Garcés, en el sur, que han funcionado como soporte al hospital Pablo Arturo Suárez, en el norte, que es la casa de salud en la que se privilegia la atención al virus.
¿Qué dicen los expertos?
Para Paúl Cárdenas, investigador del Instituto de Microbiología de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), retirar el uso de mascarilla es una de las últimas medidas que se deberían tomar. Explicó que es una de las acciones más eficaces y más baratas de protegernos y de proteger al resto frente al contagio.
Agregó que se podría ir pensando en retirar restricciones como aforos o que haya más público en espectáculos masivos.
Fernando Sacoto, presidente de la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública, consideró que si para entonces se mantiene la tendencia a la baja de los casos y disminuye también la presión sobre hospitales sería posible la medida anunciada.
“En realidad, el riesgo en espacios abiertos es menor, de manera que podría adoptarse, aunque siempre será prudente evitar aglomeraciones aun al aire libre”, dijo Sacoto.
El galeno recordó que las coberturas de inoculación alcanzadas relativizan su efecto con el paso del tiempo. Sostuvo que si bien debe considerarse la inmunidad producida por la enfermedad, al igual que las vacunas no aseguran inmunidad por periodos prolongados de tiempo, por lo que el riesgo siempre existe.
Cárdenas mencionó que se debe también tomar en cuenta la situación de los países vecinos o la aparición de nuevas variantes.
En países como Sudáfrica o Dinamarca ha aparecido el sublinaje de la variante ómicron, al igual que en Perú y en otras naciones de América Latina, afirmó.
La farmacéutica china Sinovac aprueba proyecto de planta de vacunas en Ecuador
En los primeros países, ese sublinaje es el de prevalencia, aunque en Sudáfrica no ha aumentado el número de contagios, pero en Dinamarca hay una elevación de hospitalizaciones, manifestó.
“Hay muchos factores que hay que tomar en cuenta y en países como el nuestro además de qué variante llega, hay que tomar en cuenta que nuestros sistemas de salud se saturan más fácilmente”, opinó Cárdenas.
A criterio de Sacoto, deberían mantenerse acciones preventivas en otros ámbitos, de transporte, interiores, etcétera, y fortalecerse la vigilancia epidemiológica y genómica, el acceso a pruebas diagnósticas para una respuesta oportuna en caso de que la situación cambie. También debe robustecerse la atención primaria de salud para disponer de una base estable de respuesta, indicó.
Condiciones
Alberto Narváez, médico con un Ph. D. en Políticas de Control de Enfermedades, comentó que se deben cumplir objetivos para dejar de usar mascarilla, entre ellos:
-Vacunar al 80 % de niños 3 a 10 años.
-Reducir el índice de positividad a menos del 5 %.
-Menos de un caso por cada 100.000 habitantes por día.
-Educar a la población para que use mascarilla o se quede en casa si tiene síntomas de gripe o si es asintomático contacto de un caso confirmado.
“Si se cumplen estos requisitos, en junio que disminuye la humedad y baja la transmisión se podría evaluar si se elimina el uso de mascarillas. Si aparece otra variante más letal y mas resistente a las vacunas, no sería posible”, precisó Narváez. (I)