Tulcán

El decomiso de 200 botellas de aguardiente Norteño adulterado en Tulcán el fin de semana ha generado preocupación en autoridades y consumidores.

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El producto falsificado fue detectado por el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) cuando pretendían ingresarlo a Ecuador desde Colombia.

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Juan Carlos Erazo, comisario nacional, confirmó que el licor que utilizaba una marca conocida para ingresar al mercado nacional fue inmovilizado en la frontera, durante un operativo aduanero.

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El funcionario presume que iba a ser distribuido en Tulcán, pero advirtió que los cargamentos intentan burlar los controles para circular en varias ciudades, aprovechando el bajo costo y demanda.

El líquido fue arrojado y los envases destruidos en el relleno sanitario de Tulcán, para evitar que sean reutilizados.

Erazo indicó que han fortalecido los operativos, especialmente en los sectores comercial e informal, bares y discotecas.

Marlon Valencia, técnico de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), explicó que han reforzado los controles, incluso en varios cantones de Carchi.

Durante las operaciones verifican registro sanitario, etiquetado, envases, sellos, aplicando la normativa vigente para licores, dijo.

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Investigan procedencia del licor adulterado

Investigaciones de las autoridades locales y funcionarios del Ministerio del Interior dan cuenta de que en una comunidad fronteriza colombiana, frente a Chical, en el noroccidente carchense, existiría una supuesta destilería donde estarían procesando el licor adulterado.

Erazo contó que en ese establecimiento ubicado en territorio colombiano, en fosas con cubiertas de cal le quitan el olor y sabor al licor artesanal durante un proceso que dura doce horas.

Luego es mezclado con esencias de aguardiente (Norteño y Antioqueño) para finalmente embotellarlo manualmente.

Para esto utilizan las botellas y tapas usadas que compran a los recicladores, es decir, son originales, pero los sellos son diferentes, ya que utilizan adhesivos y cintas de seguridad elaborados en imprentas de la región, fáciles de reconocer.

Las etiquetas y el contenido presentan impurezas o están sucias, debido a que el sistema de envasado es manual y no al vacío como las originales.

“Al restregarle a la tapa o a la cinta de seguridad con una moneda se desprende la tonalidad azul y el contenido de las etiquetas”, añadieron los técnicos de Comisaría Nacional de Carchi.

“Además es posible identificar al producto fraudulento por la forma de las botellas, ya que algunas son de origen colombiano, tienen otro aspecto y en el envase reza “Hecho en Colombia”; en cambio, las tapas sí son ecuatorianas”, aclaró Erazo.

En los dos últimos meses en Tulcán han sido retiradas del mercado 360 botellas adulteradas, enfatizó el comisario.

Expertos aseguraron que este tipo de licores son extremadamente peligrosos porque están elaborados con productos químicos tóxicos cuya ingesta puede ocasionar daños irreversibles a la salud e intoxicaciones masivas.

Además, recordaron que los licores clandestinos no cuentan con las medidas de salubridad necesarias e indispensables para fabricar productos de consumo humano.

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Entre las recomendaciones constan: siempre rasgar la etiqueta, verificar que el producto esté limpio y sin partículas extrañas.

También, revisar que la etiqueta o la tapa no tengan restos de tintas, ni rasgaduras, adquirir el producto en establecimientos de confianza o almacenes de cadena. Y si llega a presentar algún síntoma, buscar atención médica inmediata. (I)