TULCÁN
San Marcos es una pequeña población fronteriza ubicada en El Chical, a 112 km de Tulcán, en el noroccidente carchense. En ese apartado sector, donde no existen vías, viven 395 familias de la nacionalidad indígena Awá, que al momento están en zozobra, debido a que cada invierno deja víctimas mortales, heridos y viviendas destruidas.
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En enero del año pasado, el desbordamiento de la quebrada Cañaveral produjo un deslave que sepultó dos casas, dejó tres personas fallecidas, encontradas tras una intensa búsqueda en medio del fango, y cinco pobladores heridos.
Los fuertes aguaceros que se registran desde el pasado viernes, 14 de febrero, mantienen asustada a la población. Ese día, 24 familias fueron evacuadas urgentemente debido a que varios deslaves pusieron en riesgo sus vidas, así como sus inmuebles de madera. Varios postes de energía sintieron los estragos, pero ya fue restablecido el servicio.
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Fuertes y prolongadas lluvias afectan a 24 familias del noroccidente carchense
Grandes volúmenes de tierra, lodo, agua, piedras y vegetación, cayeron desde la montaña, obligando a los afectados a abandonar apresuradamente sus hogares, debido a que estaban en peligro, y bajo el principio de autoprotección las autoridades del sector recomendaron salir de esa zona peligrosa.
Desde ese día, en las tardes, que es cuando más se acentúan los chaparrones, abandonan sus domicilios para dirigirse hacia los hogares de familiares y amigos, donde buscan ponerse a buen recaudo. Allí, pernoctan y son acogidos por varias horas.
Terminada la noche y la madrugada retornan antes de las 06:00 a sus techos, para enviar a los niños a la escuela y los adultos reintegrarse a las labores agrícolas, dice Jairo García, presidente y docente de la comunidad. Los comuneros todos los días rezan y piden a Dios que no se repitan las desgracias sucedidas en los años 2022 y 2024.
García explica que desde hace algunos años se viene desmoronando la parte alta de una elevación que está encima del centro poblado, provocando durante los inviernos el desprendimiento de gigantes cuerpos de tierra, agua, y enormes rocas, que caen sobre San Marcos.
“La quebrada Cañaveral humedece la montaña y cuando se desborda por la acumulación de lluvias, está partiendo al macizo”, añade Tulio Pay, vicepresidente de la comunidad, al referirse a la posible falla que presenta la montaña.
Hay preocupación porque las 24 viviendas están en riesgo y porque la tierra ha comenzado a agrietarse. Además están exigiendo la rehabilitación de ocho puentes colgantes peatonales que utilizan los estudiantes de varias comunidades Awá para cruzar los ríos, los que están en mal estado, especialmente los de Cauchal, El Limón, Quebrada y El Sábalo.
La vía carrozable llega al momento hasta La Guaña, antes de San Marcos, los pobladores deben caminar un largo trecho, sobre trochas enlodadas y cubiertas de barro. Carlos Pascal advierte que en caso de una emergencia de dimensiones se dificultarían las tareas de rescate y evacuación.
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Hay temor también porque el río Blanco pueda desbordarse y cause más estragos. Hace dos meses el Ministerio de Transporte y Obras Públicas y la Prefectura de Carchi colocaron un puente bailey en La Guaña, pero los continuos derrumbos mantienen obstruida esta infraestructura.
Jairo García señala que han pedido al MTOP continúe con los trabajos de construcción de la vía hasta San Marcos, pero han recibido como respuesta que la maquinaria está dañada. La vía presenta por estos días varios deslizamientos que impiden la circulación desde El Chical.
Militares de la Brigada Andes llegaron hasta el lugar para atender a las familias y limpiar manualmente la carretera, pero es necesaria la presencia de maquinaria. Los pobladores están pidiendo ayudas humanitarias para atender a las 24 familias que viven en extrema pobreza.
Jimmy Marcillo, de la Secretaría de Riesgos de la Zona 1, indica que esperan el informe de Riesgos del Municipio de Tulcán para ingresar hacia el sector con la ayuda, no obstante, en la Municipalidad evitan referirse sobre el tema.
Los damnificados y dirigentes piden carpas para descansar en las noches sin ningún tipo de amenazas, tienen ya identificado un solar donde podrían colocar las tiendas de campaña de forma segura. Entre tanto, el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología ha pronosticado que hasta las 13:00 del 23 de febrero continuarán las alertas de lluvias, tormentas y viento.
El 22 y 23 habrá mayor intensidad, señala la advertencia meteorológica N 10 del Inamhi en la zona noroccidental de Carchi, así como en Pichincha, Imbabura, Bolívar, Azuay y Loja. (I)