En los siete primeros meses de 2024 los créditos de la banca privada no han crecido a un ritmo mayor de lo esperado, en comparación con igual periodo de 2023; en tanto que los depósitos también presentaron una tendencia decreciente hasta abril, que se revirtió entre mayo y julio. Analistas económicos observan que esta situación es un “síntoma” del estancamiento que arrastra la economía ecuatoriana, que guarda relación con la caída de ventas en el primer semestre del año y la falta de aumento del empleo adecuado.