El riesgo país de Ecuador sigue a la baja. Los factores que han llevado a que el indicador continúe bajando serían, por un lado, las medidas tributarias propuestas por el Gobierno y aprobadas por la Asamblea y, por otro, el anuncio de estos días del presidente Daniel Noboa, en el exterior, de que habría un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Este fin de semana el riesgo país se ubicó en 1.341 puntos. Se trata de una caída de 79 puntos desde el 29 de febrero cuando se ubicó en 1.420 puntos.

Además los 1.341 puntos es una cifra menor al score registrado el 6 de febrero de 2023 (1.415). A finales de diciembre y en los primeros días de enero, el indicador había estado por encima de los 2.000 puntos. Mientras más alto el riesgo, que es medido por JP Morgan, representa una peor percepción de las posibilidades del país de pagar la deuda.

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La baja del indicador es el resultado de las medidas que ha tomado el Gobierno para reducir el déficit fiscal. Es que el Gobierno ha buscado una reducción agresiva del déficit por vía impuestos, comenta Alberto Acosta Burneo, editor de Análisis Semanal.

En pocos meses ha enviado leyes que tienen ajustes tributarios que podrían generar una liquidez al país de $ 4.300 millones. “El Gobierno ha logrado un incremento espectacular de impuestos, algo inimaginable”, dice Acosta.

En este sentido, el mercado internacional lee esta situación como que hay una menor posibilidad de que el Gobierno deje de pagar la deuda externa. Esto da confianza al mercado. Adicionalmente, en el último viaje del presidente Daniel Noboa a Estados Unidos, en el cual se volvió a reunir con inversionistas, ha dicho que estaría cercano un nuevo acuerdo con el FMI. Esto aumentaría más aún la confianza con inversionistas.

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Sin embargo, para Acosta, el problema de lo que ha sucedido es que el Gobierno ha buscado la reducción del déficit aumentando los ingresos por vía impuestos, pero no con recorte de gasto.

En otras palabras, según el experto, el Gobierno ha optado por pasarle la cuenta a los ciudadanos, a la banca y a las empresas. Esto significa menor liquidez en la economía lo que se deriva en menor consumo de las personas, menor crédito desde la banca y menor inversión desde las empresas. (I)