La relación comercial entre Ecuador y Estados Unidos “ha sido, es y será muy importante”, han existido “años bajos y buenos” y de hace décadas se encuentra en la búsqueda de encontrar un mecanismo sostenible y permanente para establecer esas relaciones, sin embargo, un “error de política ecuatoriana” detuvo las negociaciones de un acuerdo comercial y generó un “desnivel” frente a nuestros competidores, como Colombia y Perú, que han gozado de una preferencia, incluso en medio de la actual crisis arancelaria global.

El exministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca Daniel Legarda; el presidente ejecutivo de la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones del Ecuador (Corpei), Eduardo Egas, y el director ejecutivo del Instituto Ecuatoriano de Economía Política (IEEP), Joselo Andrade, analizan el camino recorrido por Ecuador en busca de un acuerdo comercial con EE. UU.

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Legarda comenta que la relación comercial en general con Estados Unidos ha sido “sobresaliente, buena, necesaria, complementaria, ha habido años bajos y buenos”, incluso antes de que existan registros comerciales, ya fue un mercado importante para productos como el cacao o que la primera inversión de desarrollo del banano vino de las empresas de ese país.

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Andrade comenta que antes de los años 90 se tenía lo que se conoce como el Sistema Generalizado de Preferencias, cuya intención era permitir determinados beneficios en la colocación de productos ecuatorianos en el mercado estadounidense y ya en los 90, en cambio, apareció el Consejo de Comercio e Inversión (TIC, por sus siglas en inglés) que sería, o debía ser, la antesala de un acuerdo de mayor plazo y permanencia, conocido como TLC (Tratado de Libre Comercio), abriendo las puertas al diálogo necesario para llegar al escenario descrito.

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Legarda cree que las cosas empiezan a cambiar para bien cuando a inicios de la década anterior se genera la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de Drogas (Atpdea por sus siglas en inglés), lo cual hace que se desarrollen nuevos productos de exportación, particularmente en la Sierra, como las flores y el brócoli, incluso, las conservas de atún se abrieron más a ese mercado. Luego, poco a poco empezaron a entrar otros productos dentro de este programa de preferencias, fue atractivo y esto tenía de contraparte la lucha contra las drogas.

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Ecuador ‘rezagado’

Agrega que después de ello, las discusiones sobre acuerdos comerciales avanzaron mucho más en 2005, 2006, 2007, pero Ecuador se quedó fuera del TLC, avanzaron Colombia y Perú, y eso “fue un punto de inflexión importante porque nos quedamos rezagados en términos de la relación”, porque no es lo mismo tener un socio con TLC que un socio sin TLC.

Andrade acota que por motivos ideológicos, políticos y presiones de determinados grupos de interés, Ecuador se retiró de la mesa de negociación en abril del 2006, durante el gobierno de Alfredo Palacio.

Con ese panorama, Legarda dice que perdimos ventaja frente a la competencia de Perú y Colombia, cuyos acuerdos entraron en vigencia en 2009 y 2010, respectivamente, y a partir de esos años es cuando Ecuador empieza a perder esa participación de mercado y eso se refleja en las flores, en algunos productos alimenticios preparados, etc., mientras que otros productos como el atún la competencia directa no es con Colombia, sino con los asiáticos.

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Y la situación continuó álgida en los años posteriores, según los tres expertos. “Durante el gobierno de Rafael Correa se terminó de sepultar cualquier relación con Estados Unidos, por estar este involucrado con el socialismo del siglo XXI, corriente ideológicamente contraria al comercio y la prosperidad”, dice Andrade.

Un criterio similar expone Legarda: “desde el punto de vista de lo comercial lo más grave pasó en el gobierno del expresidente Correa”. Agrega que en una rueda de prensa renunciaron a la renovación del Atpdea, “soberbiamente le ofrecieron a Estados Unidos un apoyo de $ 23 millones para derechos humanos, era simplemente un tema político y la soberbia”. Y tras ello, dice que se empezó a compensar a los exportadores con los certificados de abono tributario, pero eso no duró mucho.

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Para Egas fue un “gran error de política ecuatoriana” cuando no se continuaron con las negociaciones para un acuerdo comercial con Estados Unidos y lo atribuye a una falta de un acuerdo nacional, porque a diferencia de otros países, no tenemos una visión de aquí a diez, veinte años de adónde queremos ir y cuáles son las políticas que no se tocan y ahora “andamos en tumbo en tumbo”.

Y por eso, dice que “hemos pagado la cuenta a lo largo de todo este periodo, porque nuestros principales competidores que producen y venden lo mismo en Estados Unidos sí han gozado de una preferencia, mientras que nosotros no, o sea, siempre hemos estado en un desnivel”.

Sin embargo, en medio de eso, Egas destaca que como Estados Unidos no es productor de los principales productos que Ecuador exporta y a pesar de no tener un TLC, hemos gozado de un arancel muy bajo y cita como ejemplo que el banano y el cacao el arancel es cero, incluso el camarón, pero por una demanda de dumping hay un castigo con un arancel promedio de 3,8 %, por lo que la falta de un TLC no ha afectado algunos sectores, sin embargo, a otros sí, como el brócoli y el resto de productos no tradicionales que tiene Ecuador.

Intentos por retomar acuerdo comercial

Andrade y Legarda coinciden en que los intentos por retomar un acuerdo comercial con Estados Unidos se dan en el gobierno de Lenín Moreno y -según Andrade- con mayor intensidad en la administración de Guillermo Lasso, quien abrió la puerta y firmó la mayoría de los últimos acuerdos comerciales que el país ha llegado a ratificar.

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Legarda apunta que antes de Moreno estuvo las salvaguardias, los reglamentos técnicos que eran un bloqueo al comercio, junto con otras medidas adicionales, que en la práctica lo que hicieron fue poner trabas, incluyendo a Estados Unidos entre los principales afectados y se deterioró aún más la relación y se bloqueó el diálogo.

Protocolo sobre Reglas Comerciales

Legarda indica que al final del periodo del gobierno de Moreno se llega tal vez hacia el mayor avance que hasta la fecha ha existido en comercio y es el único acuerdo que tenemos con Estados Unidos en materia comercial y se logra negociar el protocolo sobre Reglas Comerciales y Transparencia que está en vigencia desde el 2021, se firmó en el 2020.

Dice que fue parte de esta negociación como exviceministro de Comercio Exterior y entró en vigencia en los primeros meses del gobierno de Guillermo Lasso. Agrega que en un momento se tenía previsto que ese protocolo sea como un primer paso hacia un acuerdo comercial más amplio con otras disciplinas más adelante, pero lamentablemente eso no se dio.

De acuerdo con Legarda, el protocolo ayuda y es el único acuerdo de temas comerciales vigente con EE. UU. que se firmó y que desde allí hacia adelante se ha intentado muchas veces tener más iniciativas que complementen esto, para lo cual se han desarrollado alrededor de cuatro reuniones del TIC y que participó en tres de ellas, y lo que notaron es que a medida que se intensificaban las visitas, los diálogos con Estados Unidos, con el ejecutivo, eran bastante buenos, así como con los congresistas, pese a alguna medida irritante, que lo hay en todos los países.

Sin embargo, dice que con el paso del tiempo la perspectiva de los acuerdos comerciales en el país norteamericano cambió y ya no era el mismo nivel de diálogo, ni de prioridades, aunque Ecuador ya estaba listo para negociar, pero “en Estados Unidos no se daba ese paso, no por Ecuador, sino porque ya el nivel de prioridad de este tema ya no estuvo vigente”.

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Crisis arancelaria

Añade que hoy se tiene un nuevo capítulo que no es por Ecuador, pero que evidentemente también es uno de los países afectados como todos en este tema de los aranceles recíprocos globales y todo lo que significa la afectación y que no se sabe exactamente cómo va a terminar.

Andrade indica que a partir de la guerra comercial emprendida de forma “irracional” por el presidente Donald Trump, Ecuador, en términos relativos o en comparación con Colombia y Perú, sale más afectado por no contar con un TLC.

Un opinión similar tiene Egas, quien indica que hoy pagamos consecuencias, porque para eso sirven los acuerdos comerciales, para tener un marco en donde moverse, normar el acuerdo, pero también hay que ver si lo respetan. “Un acuerdo es bueno en la medida que exista un respeto del acuerdo... (y) el mundo los va a ver mañana, cuando se respete como algo necesario”, señala.

Ante esa situación, Andrade señala que para compensar todo esto debemos ir por la línea de disminuir los costos de producción, lo que pasa por una reducción significativa de la carga estatal sobre la economía (baja de impuestos y burocracia); la reducción unilateral de aranceles (esto permitiría importar bienes de capital que darían lugar a producir y colocar nuestros productos a menor costo en el extranjero); y una reforma laboral (que abarate la contratación de mano de obra para la producción nacional).

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Para concluir, Legarda señala que para “Ecuador la relación con Estados Unidos ha sido, es y será muy importante” y que es del interés de todos los ciudadanos, no solo del Gobierno, no solo de los empresarios, es del interés del Ecuador, del ecuatoriano de a pie mantener buenas relaciones con ese país.

Comenta que hay un beneficio de inventario muy amplio, principal socio comercial, tercer mayor mercado de exportaciones no petroleras, casi dos millones de compatriotas que viven allá, es el principal emisor de turismo, inversión, cooperación, etc., es decir, una serie de temas que hacen que esa relación necesite ser fluida y amplia. “Pueden haber diferencias, no estar de acuerdo en algunos temas, pero se tienen que llevar siempre en un marco de una muy buena relación como tal”, señala. (I)