Al vaivén de los sedimentos en Coca Codo Sinclair -la principal central hidroeléctrica del país que costó al menos $ 3.000 millones-, esta semana la ciudadanía se mantuvo en una incertidumbre prolongada por anuncios de apagones y cancelaciones de los mismos. Cada vez con más frecuencia se conoce que los sedimentos han llegado a tal punto que fue necesario cerrar las compuertas que permiten la entrada del agua a las turbinas, para evitar que estas se dañen.

Al indagar por qué razón estos sedimentos amenazan de manera más alarmante al sistema de la mayor hidroeléctrica del país se llega a la conclusión de que hubo una suerte de negligencia al no haber construido esta mega obra con un sistema de compuertas de fondo, que hubiesen permitido limpiar los sedimentos al pie de la obra de captación.

Así lo asegura Carolina Bernal, docente investigadora de la Escuela Politécnica Nacional: construir en Ecuador cualquier obra siempre conlleva un riesgo natural, pues es un territorio con una geología compleja en la cual los sismos, eventos volcánicos y otros son comunes. Sin embargo, conociendo esta realidad se deben aprovechar las oportunidades y también tomar muy en cuenta los limitantes.

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Explica que en el plan de electrificación de los años 80 se tenía claro que en el sector del río Coca sí existía un gran potencial para generación hidroeléctrica. Esta zona es la segunda más lluviosa de la cuenca del Amazonas. Sin embargo, también hubo un estudio de hidrosedimentología a través del cual se veía que el sector requería un buen manejo de sedimentos.

Cuando llega Rafael Correa al poder se piensa en cumplir el sueño de hacer esta obra. Pero se la hizo con base a un informe de prefactibilidad y a través de un contrato “llave en mano”, cuenta.

Recuerda que Fernando Villavicencio (ex candidato presidencial asesinado a la salida de un mitin) era asambleísta y les había invitado a varios técnicos a conocer lo que estaba pasando en este sitio. Ahí se pudo constatar que la hidroeléctrica que es de tipo “filo de río” no cuenta con compuertas de fondo. Estas sirven para que los sedimentos puedan salir y de esta manera, limpiar la zona. A pesar de que la necesidad de que existiera este sistema de compuertas de fondo se había establecido en el informe de prefactibilidad, la empresa Sinohydro habría indicado que no era necesario construir dichas compuertas y la empresa fiscalizadora se lo permitió, dice Bernal.

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Ahora por la geología que tenemos en el sitio, todo el tiempo se están llenando de sedimentos y la zona está colmatada. Tal es así que hace dos meses, cuando ella estuvo en el lugar, pudo mirar que esa zona se ha llenado tanto de sedimentos que ya son como unas islas en donde incluso han crecido árboles que ya miden tres y cuatro metros de altura.

Al no haber la posibilidad de limpieza de esta zona, existe el riesgo de que los sedimentos puedan pasar directamente a los desarenadores y luego al canal de captación. Esto no puede suceder porque dañaría irreparablemente a las turbinas. Por ello se deben cerrar las compuertas, dejar de producir energía y, finalmente, llegan los apagones.

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Así, se ha llegado a esta situación de que cada vez que pasa algo con Coca Codo, todo el país se ve en riesgo de apagones. Marcelo Cabrera, coordinador de la maestría de energías renovables de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE), considera que el problema con Coca Codo Sinclair viene de hace varios años atrás. Asegura que el Gobierno de ese entonces apostó a una sola forma de energía, la hidráulica.

En Ecuador, la estructura de generación es de 90 % hidráulica y 10 % de energía térmica y no convencionales. De ese 90 %, Coca Codo ha estado produciendo hasta 34 % o 40 %.

Sin embargo, según Cabrera, no es una buena idea depender de una sola forma de energía. Explica que las energías hidráulicas tienen sus pros y contras. Entre los contras está que son vulnerables a las sequías, pero también a la abundancia de agua. Este problema se vuelve más complejo por el cambio climático, dice. Para él es irónico que en el país hayan problemas tanto por falta de agua, como por exceso de la misma.

También lamenta que los gobiernos no hayan invertido en mantenimiento ni en nuevas opciones de generación. Recuerda que en estudios preliminares sí se había advertido, que si bien había un cauce importante, el sitio en el que se construyó no era el técnicamente adecuado.

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Para el docente, el país debería enfocarse en proyectos como por ejemplo energía geotérmica (ya que vivimos en el callejón interandino) o fotovoltaica (por estar en el centro del planeta y tener luz todo el año), pero a gran escala.

La erosión regresiva se reactiva

El último informe de la Comisión Ejecutora de Coca Codo Sinclair indica que la erosión regresiva se acercó más a las obras de captación. Pasó de estar a 7,3 km. a 6,8 km.. Si la erosión llega al sitio, seguramente destruiría estas obras millonarias.

Sobre el tema, Bernal asegura que cuando se colocan en este sitio las obras de captación no se permite el paso de los sedimentos gruesos, que suelen formar por sí mismos una especie de mallas que permiten el control del río, un acorazamiento natural. El río Coca es súperpoderoso y la central Coca Codo es una mega hidroeléctrica que causa estas distorsiones. Para la experta, las dimensiones de esta central fueron demasiado grandes, un proyecto demasiado ambicioso.

Mientras que Cabrera explica que la erosión regresiva es un fenómeno natural, pues los cauces tienen su etapa de vida en el que van moldeando la geografía, pero la mano humana pude acelerar este proceso de desgaste.

En estos días, el ministro de Energía (e), Roberto Luque, explicó que se está rescatando un contrato, que iba a ser declarado desierto, para realizar obras de mitigación en contra de la erosión regresiva. Que siendo un fenómeno cambiante no se puede esperar a que se vuelvan a establecer nuevas condiciones, sino que se debe actuar prontamente. También se conoció de un estudio realizado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, en el que se indica que la central no tendría una vida útil de 50 años, como es de esperarse, sino que la erosión regresiva podría llegar a las obras de captación en dos a cinco años.

Sobre el tema, Cabrera dice que lo que sucede al momento con Coca Codo, que no se limita a los problemas de la erosión regresiva y a la de sedimentos, sino también a fisuras, y considerando que se le está utilizando a toda capacidad porque otras han salido de operación, el tiempo de vida podría estar en diez años más, pero haciendo los mantenimientos necesarios.

Bernal, por su parte, asegura que desde la Comisión Ejecutora de Coca Codo Sinclair se había alertado de que era necesario hacer obras de mitigación. Sin embargo, asegura que en este momento ya no hay nada qué hacer. Las obras propuestas ya no tienen en donde anclarse porque la erosión regresiva ya las destruyó. En su opinión ya no se debería invertir más dinero en esta central. Al consultarle cuántos años de vida le da a Coca Codo, su respuesta fatal fue: dos años. (I)