El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó en septiembre del 2020 un crédito a 27 meses para Ecuador en el marco del Servicio Ampliado del Fondo (SAF), por unos $6.500 millones, de los cuales ya desembolsó $4.000 millones. La entrega del resto de fondos estaba atado a un plan de reformas con medidas de austeridad y anticorrupción en el país.