Las restricciones impuestas por el Gobierno con el objetivo de frenar la propagación del COVID-19 se extendieron hasta el 5 de abril. Las familias deben mantenerse en casa y eso incluye a las mascotas. No porque puedan contagiar la enfermedad, como ya han aclarado profesionales de la Salud sino porque el toque de queda complica los horarios e incluso algunas urbanizaciones han prohibido las jornadas de paseo de perros.