Alexandra Córdova llamó al Blackberry de su hijo a las 22:22 del 16 de mayo de 2013. Estaba preocupada. No sabía de él desde la mañana. Él se iba a la Universidad Central y ella, a sus actividades personales. David le contestó, le dijo que estaba en el Metrobús y que se dirigía a casa, en el norte de Quito. No llegó. Volvió a llamarlo, no contestó.